BEFRE, ‘castor’, seguramente del lat. FEBER, -BRI, íd.
La variante
befle en APal., 45
b;
bíbaro en Laguna (1555). No es posible explicar las formas castellanas como tomadas del inglés, como sugiere el
REW, 1012, (
bibaro del ingl. mod.
beaver;
befre del ags.
beofor), pues
bíbaro es demasiado antiguo para reflejar la pronunciación moderna de ingl.
ea, y la
f de
beofor se pronunció siempre como
-v-. En latín coexisten
fiber y
feber, las dos como formas antiguas y autóctonas (Ernout-M.). Por otra parte no hay duda de que la mayor parte de las formas romances sufrieron influjo germánico, y
bíbaro en especial sale al parecer del alem.
biber, quizá a través de oc.
vibre; pero la
-f- de las otras dos formas castellanas difícilmente puede explicarse por el germánico, y se halla también en el corso
béfulu,
béfelu, y quizá en oc. ant.
befre1 (
FEW I, 304). Debió hacer cruces diversos entre las formas latinas y las germánicas, debidos a distintas corrientes comerciales, y hoy por hoy es imposible trazar un cuadro exacto de la historia de las variantes romances.