BALANZA, del lat. vg. *BէLANCIA, supuesto por todos los romances, y seguramente derivado adjetivo de BILANX íd. (S. IV d. C), compuesto de BI-dos’ y LANXplatillo’, que sustituyó el clásico LIBRA.

1.ª doc.: orígenes del idioma (3r. cuarto S. XIII, Libros del S. de Astronomía).

Cej. VII § 23. Se escribe balança hasta el S. XVI. Lo más castizo fué, y es aún en el español popular, peso (APal. 45d). Era más corriente la ac. ‘platillo’, que ya está en los Aranceles de fines del S. XIII (RFE VIII, 20).

DERIV.

Balance, derivado del ant. balanzar; en la ac. ‘confrontación del activo y el pasivo’ [1601, Valderrama], se tomó del it. bilancio [S. XV; de donde fr. bilan, 1584], o más bien del cat. balanç1, derivados de bilancia o balança ‘balanza’: Mariana emplea balanzo con el mismo sentido. Balancear [princ. S. XIX: Cuervo, Dicc. I, 845-6]. Balancín [Covarr.] ‘palo para mantenerse en equilibrio’. Balanzar ‘equilibrar’ [1595; Aut.]. Abalanzarse [1.ª mitad S. XV: Cuervo, Dicc. I, 33-34] se explica semánticamente por el movimiento acelerado de la balanza cuando se rompe el equilibrio (comp. Cuervo, Dicc., s. v.).

1 En realidad parece seguro que no se tomó del italiano bilancio sino del cat. balanç, 1461. Ésta es la documentación más antigua del vocablo en cualquier lengua, según Colón, Encicl. Ling. Hisp. II, 209-210; aunque lo natural es suponer que el alemán procede del italiano, y hay ya un ejemplo alemán de 1479, el caso es que éste aparecería en la forma balanc que coincide con la catalana y no con la italiana bilancio que después predominó en aquella lengua; Colón dice que en italiano no se documenta hasta finales del S. XVI. Pero todavía más que las fechas de la documentación, son las razones de derivación lingüística y de vitalidad de las formas verbales que sirvieron de base, las que prueban que es préstamo del catalán, vid. DECat. Desde luego la preocupación por un presupuesto bien balanceado es más propia de los comerciantes catalanes (situados entonces en una posición dominante en el Mediterráneo) que de los sicilianos, y por lo tanto no extraña que en 1461 se documente ya entre los catalanes de Sicilia.