AZUL, probablemente de un ár. vg. *lāzûrd, variante del ár. lāzawárd ‘lapislázuli’, ‘azul’, voz de origen persa en árabe.
Posteriormente aparece, como nombre de materia colorante,
azur en los Aranceles del S. XIII (Castro,
RFE VIII, 19) y azul en la
1.ª Crón.
Gral., en la
Gr.
Conq.
de Ultr. y otros textos (vid. Castro,
l.
c.; Neuvonen, 262;
DHist.); como adjetivo de color no conozco ejs. posteriores hasta Clavijo (1406-12), Nebr. y otros textos del S. XV, pero creo que se podrían hallar muchos en los siglos anteriores. Con el mismo valor de adjetivo y con el mismo carácter popular aparecen
azul en port. (Nascentes cita un ej. medieval) y
ażżurro en italiano. [Dante y Giov. Villani, princ. S. XIV]; mientras que el fr.
azur [
Roland], oc.
azur [
G.
de Roussillon, med. S. XII] y cat.
atzur [1379] son palabras poco populares (frente a
bleu o
blau ‘azul’), empleadas solamente como término de blasón o para designar un matiz azulado especial. En vista de estos hechos, creo, contra la opinión de Neuvonen, Castro y Sainéan (
Sources Indig. II, 408), que el vocablo no entraría en Europa por conducto del latín medieval o del francés sino por vía popular y por la Península Ibérica, únicamente o al mismo tiempo que por Italia. El vocablo árabe procede del persa, donde según Skeat se originó del nombre de unas minas del Turquestán. El original inmediato de las formas romances debe de ser una forma arábiga como
lāzûrd, de donde
azur,
azul, por confusión de la
l-con la
-l del artículo, aunque no parece que esta forma (citada por Steiger,
Contr., p. 147), se halle documentada
2.
Quizá hubo influjo del ár.
zurq, plural de
Ȑázraq ‘azul’
3. Tenía
azul z sonora en lo antiguo (G. de Segovia, 86; Nebr.), como hoy en Cáceres, en judeoespañol y en las formas tomadas del castellano por los dialectos sardos (Espinosa,
Arc.
Dial., 97). La variante
azur se halla en textos aragoneses o como término de blasón (
DHist.), y en esta ac. viene realmente del francés. La forma etimológica es la que se halla todavía en el gallego de las
Ctgs. («a outra de
azur era, coor mui maravillosa» 384.17); como
azur empezó empleándose como nombre de materia colorante más que adjetivo de color, según nos muestran los aranceles citados, se explica que en gallego el vocablo se empleara más tarde, generalizando la idea de ‘material’ en la de ‘fuste, índole, naturaleza’ en la frase figurada
fulano ten mal asur ‘mala ralea, inclinación o vicio’ que Sarm. conocía en Pontevedra (
CaG. 224
r), aunque lo analizara, seguramente en forma errónea, como
mala sur (identificándola, por lo visto, con el nombre del punto cardinal); téngase en cuenta que ya en el S. XVIII había mucho o general seseo en Pontevedra y su zona, pues los datos de Sarm. están llenos de grafías seseantes y ceceantes.