AURORA, tomado del lat. aurōra íd.
1.ª doc.: Berceo.
A pesar de esta aparición tan temprana, los textos posteriores dan la impresión de un uso puramente culto y artificial («ell alva, a que llaman en latin aurora», Alfonso X; «cerca la ora que el planeta enclara / al Oriente, qu’es llamada aurora», Canc. de Baena); desde el S. XVI se hace ya muy corriente, por lo menos en poesía.