ATREVERSE, ‘sentirse capaz de hacer algo que puede parecer arriesgado’, del antiguo treverse ‘confiar (en algo)’, ‘atreverse’, y éste del lat. TRէBŬĔRE SIBI ‘atribuirse (la capacidad de hacer algo)’.

1.ª doc.: treverse, Cid; atreverse, 1251, Calila1.

Diez, Wb., 427; Corominas, AILC I, 22-23. Cuervo, Dicc. I, 766-71, entró en duda acerca de esta etimología ante la forma antigua estreverse y propuso como étimo el vocablo a. alem. med. strëben ‘levantarse para resistir’, ‘esforzarse’, de donde el fr. estriver ‘luchar’, ‘esforzarse’, que viene más precisamente del fráncico *STRÎBAN (a. alem. med. strîben íd.); pero este étimo, que por lo demás es ajeno al gótico y al escandinavo, no puede explicar ni la e radical del castellano ni la conjugación en -er; M-L. (REW3 771a), sin proponer otra, rechaza ambas etimologías, fundándose en la premisa falsa de que estrever es la forma más antigua2. Claro está que esta forma no se opone de ninguna manera a TRIBUERE, como la cexistencia de estropezar junto a entropezar tropezar tampoco puede oponerse a la etimología INTERPEDIARE. Nótese que treverse era primitivamente transitivo: «moros... en la su vezindat (de Mio Cid) non se treven ganar tanto»; «nin se trevien foir nin podien fer tornada» (Berceo), «eran mucho cansados, lidiar non se trevien (Alex.)3; de la idea de ‘atribuirse una capacidad’ se pasó a ‘confiar (en sí mismo)’ («trevies en su fuerça, cuidólo destruir» Alex., y muchos ejs. en DHist. 6, hasta el Lazarillo)4 y de aquí ‘atreverse’. Desde muy temprano atreverse tiende a dejar postergado osar, que pronto se convierte en vocablo puramente literario y de escasa vitalidad. Como expliqué en el artículo citado, este fenómeno y el gran lujo de sinónimos para expresar las ideas de ‘valiente’, ‘valentía’, ‘cobarde’, ‘huir’, se debe al concepto exaltado del valor personal, que ha sido siempre característico de los pueblos hispánicos: para muchos se hizo penoso decir que no osaban y lo reemplazaban por no atreverse, al principio más vago de sentido, y a la larga el caso se ha repetido, dando lugar a que atreverse se vea sustituido por determinarse (Andalucía, Salamanca), por animarse (Argentina), etc. Aunque se podrían citar casos algo análogos en otros idiomas (alem. sich anmassen ‘atribuirse’ > ‘pretender’), estamos ante un hecho ajeno a los romances no ibéricos, que han conservado popularmente el uso de AUSARE y sus descendientes; sólo existe atreverse en gallegoportugués [Cantiga II; Canc. Vatic., 130, 787, 790, 914, 928; Canc. de D. Denís, n. 1690], y atrevir-se en catalán [S. XIII: Crón. de Jaime I; ejs. del S. XIV en Eiximenis, Bernat Matge, etc.5], y aun respecto del último debe advertirse que gosar (AUSARE) sigue allí siendo tan vivo y aun más popular que su contrincante.

En favor de la etimología TRIBUERE notemos que el antiguo pretérito fuerte trovo6, que no se explicaría viniendo de STRÎBAN, es un descendiente tan natural del pretérito latino TRէBŬIT como crovo lo es de CREDUIT y CREVIT.

DERIV.

Atrevencia ant. Atrevido. Atrevimiento [h. 1295, 1.ª Crón. Gral. 390a41].

1 Treverse es constante todavía en Berceo; el verso comprueba que la única excepción (Loores, 85) no pertenece al autor. La forma sin a- es la corriente hasta la mitad del siglo (Fuero de Madrid, Fuero Juzgo, Alex.), y sobrevive hasta muy tarde (doc. de Écija, 1396: M. P., D. L. 361.24).―

2 Cuervo logró este efecto por el procedimiento pueril de colocar las formas en es- al final de su sección histórica. Pero estas formas son sólo del Alex. (que también tiene treverse) y de un documento mal publicado de la colección de Muñoz. Además se halla estrivir en el Fuero de Avilés. A esta forma responde el ast. mod. con atrivir (V). Hoy sobrevive estrever-se, astr-, en alguna habla portuguesa del Miño y Tras os Montes, en Miranda y en el judeoespañol de Bulgaria (Leite, Opúsc. II, i, 232; RL II, 105; Phil. Mirand II, 165; RFE X, 240).―

3 Todavía alguna vez en Lope: «a los rayos de amor vencer se atreve» (Peribáñez, I, xiv, ed. Losada, p. 106); «... más de noventa. ―Ved lo que se atreben / hombres de un capitán determinado» (P. Carbonero, v. 2801).―

4 Se pueden citar muchos más ejemplos: «se atrevió a él» ‘le tomó confianza’ (Calila, ed. Rivad. LI, 22a); «Doña Venus... era... la que se non trevie en fermosura menos que las otras» (Gral. Est., RFE XV, 25), «Putiphar..., atreviéndose en la onrra quel el rey fazie, fizo en su casa un escanno de plata en que seye» (íd., citado por M. P., Yúçuf, RABM 1902, lin. 24), «atreviéndome a la vuestra merced et fiando de vuestro entendimiento» (Conde Luc., ed. H. Ureña, p. 110), «de matar a todos costumbre lo he, / de escapar alguno de mi non se atreva» (habla la Muerte, ‘no espere’: Danza de la Muerte, Rivad. LVII, 164); y el refrán «quien se viste de verde, a su rostro se atreven (Lope, Dorotea), que los sefardíes de Rodas todavía repiten, modificando el color: «Quien de amarillo se vistió, en su hermosura se atrevió» (RH IX, 451). De aquí luego el uso frecuente atreverse con alguien, atrevérsele, y aun no osar atrevérsele (J. Ruiz; Santillana; Lope, Pedro Carbonero, v. 1900), que por lo tanto no es redundancia; sí lo es en cambio no osar atreverse a hacer algo (DHist. 1), pero sólo se halla en dos textos tardíos de estilo defectuoso. Los casos de atrever como transitivo (el amor la atreve) son abusos esporádicos de algún autor suelto.―

5 Fortuna e Prudència, 97.19, 94.3. Nótese la construcción del último «tots cells que en mal fer s’atreveixen» ‘confían’.―

6 Muchos ejs. (Berceo, etc.) en Cuervo. Y éste del futuro de subjuntivo correspondiente: «Nullus homo qui fuerit pignoratus sed troviere fidancias de directo dare valederas, non manulevabit sua pignora», en los Fueros de Zaragoza recopilados a fines del S. XII (Homen. a M. P. III, 239; no sé si hay que enmendar se troviere).