ARROCABE, ‘madero que se coloca sobre el muro en forma de friso’, probablemente de rukkâb, plural del ár. râkib ‘jinete’, participio activo de rákib ‘montar a caballo’.
1.ª doc.: 1633, López de Arenas.
La definición es la de Dozy, Gloss. 203, a base de los datos de Arenas, Carpintería de lo Blanco (cap. 1 y 16, pp. 2, 36), definición que la Acad. ha cambiado por la que da Mariátegui en su ed. de Arenas. El vocablo aparece además en unas Ordenanzas toladanas cuya fecha ignoro. Según Eguílaz, 290, la forma arrocoba, definida por el mismo Arenas en términos análogos, aunque algo diferentes, tendría el mismo origen que arrocabe, mientras que Dozy piensa en el plural rúkub de rikâb ‘estribo’. En realidad Lz. de Arenas distingue constantemente arrocoba (p. ej. cap. 13, p. 22) de arrocabe, y según el glosario de Mariátegui sería algo muy distinto: «los extremos de las péndolas [‘maderas de un faldón de armadura’] que sobresalen formando por su unión al tope la lima tesa del tejado»; se trataría del ár. rākûba «rejeton élevé du palmier» (Belot; falta en Dozy, Suppl., pero rākûb vale ‘parra’ o ‘soporte de la parra’ hoy en Siria: Mohît y Belot). Es notable que en la p. 20 de Lz. de Arenas parece tratarse realmente de un objeto vegetal: «no te descuides de dalle la campana cumplida pareciéndote que es mucha; porque no te suceda aquel refrán tan sabido de las arrocobas en costal», lo cual parece confirmar la etimología de Mariátegui. La a de arrocabe indica que el vocablo se tomaría del árabe por vía culta, pues de otro modo habría pasado a e en el árabe de España. En las Ordenanzas de Málaga aparece arrecabe, que podría representar el ár. rakkâb ‘jinete’.