ARRAYÁN, ‘mirto’, del ár. raȳɅân ‘cualquier planta olorosa’.

1.ª doc.: 1272-84, Gral. Estoria (arrahan o arrayhán, mss.); h. 1300, Gr. Conq. de Ultr. (arrayahan); J. Manuel (arraihan).

Dozy, Gloss., 199; Neuvonen 220-1. Acaso no sea castellanismo el port. arraião, pues ya debió de ser medieval: rrayao aparece como variante, si bien interpolada (pero es ms. muy antiguo), en una canción del Cancionero de la Vaticana, K. S. Roberts, Anthology of O. Port., n.° 81, p. 349; aunque allí lo común es murta, como en catalán, la aplicación especial de raȳɅân al mirto era propia del árabe de España y hoy se halla también en el árabe vulgar de varios países. La variante arrahan no parece ser errata, pues se halla también en el Libro de la Montería (DHist.). La forma arraihán con h aspirada se halla también en Nebr., PAlc. y G. A. de Herrera (arrahian, APal. 283b) y hoy sigue pronunciándose arraiján en Cuba según Pichardo, arraigán según Cuervo, BDHA IV, 261a. La denominación romance arrinconada por arrayán no parece que fuera mirto, sino el popular murta, todavía empleado por APal., l. c., y otros.