ARDILLA, diminutivo del antiguo harda íd., palabra común al castellano con el bereber, el hispanoárabe y el vasco, de origen no latino.

1.ª doc.: harda, S. XIII, Fuero de Soria, ed. Galo Sánchez, § 10; ardilla, 1633, Carducho1.

Hállase también arda en el Glosario de Toledo (h. 1400), y harda en invent. de la Catedral de Toledo del a. 1400 (X-12-1-3, A. Castro), en. el Arte Cisoria de Villena (malamente traducido por «lebrato» en el Glosario de Navarro), en Nebr.2, en PAlc. y en los Refranes del Comendador Griego († 1553)3. Está también con aspirada en la Celestina y en Barahona de Soto: «los untos e mantecas que tenía es hastío de dezir... de harda, de herizo, de nutria» (acto I, Cl. C. 78.1), «la harda... pare tantos hardones como testas tiene...» (p. 360); arda todavía en el Morgante (1533) y en el P. Ovalle (1644), y hoy, pronunciado jarda, en el SO. de Ávila y O. de Madrid (RFE XXIII, 234, 236). En BDC XXIV, 24, llamé la atención sobre formas valencianas emparentadas: Benassal farda, en otros puntos arda, en el glosario antigua de Sanelo sardeta4. Según los datos de RDTP VII, 690-3, ardilla es la forma común en Castilla Vieja y Nueva, Álava, Bajo Aragón, Extremadura, Murcia y Andalucía; de interés: arda en 3 puntos de Pontevedra, ardela en 1 de allí y 2 de Orense, cerdilla (comp. cat. sardeta) en 1 de Lugo y 1 de Teruel, zorrilla en Rascafría (Madrid), cerpillejo en 2 de Zamora, recardilla en 2 de Burgos. La situación limítrofe de Benassal y el hecho de que en el País Valenciano no puede haber ardillas más que en las sierras de Peñagolosa y quizá en las de Benicadell-Mariola, unas y otras próximas a la frontera lingüística, hace creer que estas formas vienen del castellano-aragonés (el nombre catalán ha sido siempre esquirol), mas no por ello son de menor interés, pues su f- o s-, imitaciones aproximadas de la aspiración castellana por una lengua que jamás tuvo aspiración, confirman el carácter aspirado de la h- inicial de nuestro vocablo. También en portugués existe harda o arda y también allí es probable su procedencia castellana: no se citan ejs. antiguos, en Galicia se emplea ardilla, cuyo castellanismo es visible, y el nombre portugués es esquilo, de igual origen grecolatino que el ast.-santand. esquilo y el cat. esquirol. Schuchardt señaló (BhZRPh. VI, 32, comp. 60) el parentesco con el vasco guip. katarde ‘ardilla’ (no demasiado bien documentado; Azkue deja la responsabilidad a Iztueta, historiador de Guipuzcoa, 1847), compuesto con el lat. CATTUS ‘gato’ (comp. vizc. katamixar, junto a vasco misar, musar (sólo en Larramendi, 95), gasc. missarro ‘marmota’)5; por mi parte llamé la atención sobre el que existe probablemente con el bereb. Ȑaárda, o Ȑaġárda, ‘ratón’, ‘ratón campestre’ (también gārdī, aġerdā, aġerȝa), y con el hispanoárabe *ġárra, supuesto por el diminutivo ġoráȳra, que PAlc. traduce por «harda, animal» (para la alternancia rr ~ rd, vid. VRom. II, 455). Alessio, ARom. XX, 141-62, quiere agregar calabr. cardacciu, (s)càrdamu, cardašcu, cardagliu, ‘cría del lirón’, calfa, carfa, carpa, càrpina, ‘lirón madre’, sic. zàrrucu, -icu, -acu, calabr. zàrdacu, zàrracu, zórracu ‘cría del lirón’, calabr. àrdanu ‘chicuelo movedizo’, lo cual ya es más aventurado, aunque no puede descartarse del todo; pero ya es mucho más razonable al agregar el cast. garduña [Juan Manuel, Cav. e Esc, ed. Gräfenberg, 496.4; 1513: G. A. de Herrera, comp. n. 3], gall. garduña (Sarm. CaG. 90v, A18v), port. gardunho [gardunia en un doc. de 1126 citado por Viterbo]6, y aun el prov. garri ‘ratón’7. Con estos últimos se podría pensar en relacionar el scr. giriɅ ‘ratón’, puesto que la primera i puede salir de ə (que ha dado a en las demás lenguas indoeuropeas) y no consta que la -r- proceda de una -L-, como admiten Pok., IEW 367.28, y Benveniste, Or. F. N. en Ie. 76: admiten ambos (éste con reservas por ignorarse la posición del acento en sánscrito) que es hermano del gr. ƔαλέƓ ‘comadreja’ y del lat. glis, gliris, ‘lirón’, lo cual llevaría a desechar la idea, pero esto no es nada seguro. De todos modos sería idea muy aventurada, no sólo por esto sino porque el vocablo sánscrito no sale en textos sino sólo en léxicos (fuentes que suelen padecer confusiones y que contienen bastantes préstamos an-arios).

DERIV.

Perro ardero ‘el que caza ardillas’ [Acad. ya 1884].

1 Un diminutivo diferente ardita está en uso en Colombia y Venezuela; ardilla en Nicaragua, Tabasco e Hidalgo.―

2 «Harda: animal como lirón, seyurus».―

3 El metro exige que la h sea aspirada, pormenor importante: «Lo que quiere la horda, monte espeso y mala guarda». Pero como nota Groussac (RH XV, 318n.), esto más bien parece referirse a la garduña que a la ardilla. Los otros ejemplos de (h)arda, salvo los de Nebr. y el Morgante, donde el significado ‘ardilla’ es claro, pueden designar cualquiera de los dos animales. En el Fuero de Soria se habla de hardas junto con rabosas; en el Glosario de Toledo va con furón.―

4 C. Michaëlis, St. z. rom. Wortschöpfung, 58, cita un mallorquín sarda, cuya fuente ignoro.―

5 Cree además Schuchardt que el tipo *VERDICACEA o *VERDIACEA postulado por el frprov. verdȤassa ‘ardilla’, junto a *VERRA, de donde Val Soana bȇra e irl. feoróg, y el reduplicado latino VIVERRAhurón’, se deben a cruce con harda, lo cual quizá no es necesario dada la gran extensión de la alternancia rr ~ rd en voces prerromanas. Tampoco está clara su etimología del vasco burintxa, urxints, urxantx, katapurtxintx ‘ardilla’, sulet. urdanda ‘comadreja’: es una madeja enmarañada.―

6 Entonces el gall. garridiña se debería a una etimología popular. Comp. cast. dial. donosilla junto al port. doninha ‘comadreja’. Por lo demás informadores más fidedignos (Vall.; M. P., Oríg., 423) dicen que garridiña es ‘comadreja’ Hay variante guardunha (Leite de V., Opúsc. II, 498), pero creo que es alteración por etimología popular, comp. gardunha en Melgaço (Leite, ib, 349) y en Sanabria [Homen. a M. P. II, 132), No creo, desde luego, que sea derivado de guardar, como sospechó Schuchardt (ZRPh. XXIII, 191-2), idea que le inspiró dudas posteriormente (ZRPh. XXXVI, 168), comp. objeciones semánticas de Baist [KJRPh. VI, 390) y M-L. (índice de su R. G.; en la misma, vol. I, 41, lo da como ibérico), y V. además Spitzer, Neuphil. Mitt. XXIV, 150. Desde luego es inverosímil un parentesco con el ár. qarqadûn (Baist, RF IV, 389). De garduña salen figuradamente ast. garduña ‘cepo de hierro para coger alimañas y ratones’ (V), cast. garduño ‘ratero’ [1605: Pícara Justina], la Garduña de Sevilla, el cat. jergal gardunya (pati de la gardunya ‘patio de la cárcel’; la Gardunya es la parte más desgarrada y bullanguera del mercado barcelonés de la Boquería). El derivado garduñar ‘rapiñar’ en Quiñones de B. (NBAE XVIII, 815b); ast. esgarduñar ‘arañar, defenderse como los gatos’ (R), ‘rasguñar’ (V).―

7 No es probable la idea de Mahn, Etymol. Untersuch., 127-8, de relacionar ardilla con el vasco ardia ‘oveja’, ‘pulga’ y menos con oc. arda, arta, cat. arna ‘polilla’. Diez trató de relacionarla con el lat. NITEL(L)Arata silvestre’ ‘ardilla’, idea que el REW3 5927, no rechaza resueltamente, pero que es evidentemente indefendible.