ARCHI-, prefijo tomado del b. lat. archi-, y éste del gr. ęρχι-, extraído del verbo ıρχειν ‘mandar, ser jefe’; popularizado gracias a palabras como archipreste, archiduque, archipoeta, se formaron a fines del S. XVI (archibribón en el G. de Alfarache) y sobre todo desde el XVII (Quevedo, etc.) numerosos derivados nuevos, con frecuencia festivos y otras veces serios, cuya etimología no se indica aquí especialmente.