ARANCEL, antiguamente alanzel, palabra de origen arábigo, pero de étimo incierto, probablemente empezó significando ‘lista de cantidades recaudadas’ y vendrá de Ȑanzâl, plural de nuzl ‘producto, fruto’, de la raíz n-z-l ‘bajar, hacer bajar’.

1.ª doc.: alenzel, 1294.

Documentación en Cuervo, Obr. Inéd., 404. No han estado afortunados hasta ahora los etimologistas con esta palabra. Engelmann había pensado en el ár. risâla que él traduce ‘carta misiva oficial’; Fokker, ZRPh. XXXIV, 562, asegura que el significado de esta palabra es ‘orden’ y quiere partir de su plural rasâȐil, al cual atribuye el valor de ‘ordenanzas, reglamentos’; quizá en algo de esto pensaba Covarrubias al decir que en árabe rancel valía tanto como «decreto, determinación, assiento», y la tradición etimológica ya viene de más arriba, pues Nebr., que no tiene un artículo arancel, dice empero s. v. anzel que esta palabra significa «decreto o seso» en arábigo. Pero claro está que estas declaraciones de humanistas que no sabían el árabe han de tomarse con desconfianza. En cuanto a risâla, Dozy (Gloss., 197-8) asegura que nunca ha tenido otro significado que el de ‘carta misiva (particular)’, como que pertenece a la raíz r-s-l ‘enviar’; y podemos creerle, pues él sí sabía el árabe admirablemente; por lo tanto no tenemos ahí base adecuada semánticamente, y aun menos desde el punto de vista fonético. Pero el mismo Dozy, guiándose por la definición de Covarr. (inspirada, según hemos visto, en una falsa etimología), quiere partir de marâsim, plural de marsûm ‘decreto, ordenanza’, que de ninguna manera podía dar una palabra de forma semejante a arancel. Eguílaz, 271, propuso Ȑasâr ‘tarifa’, plural de sir ‘precio’, que convendría para el significado, pero no para el sonido, ya que esto sólo podía dar *alaçar, con ç sorda, con á (que no se cambia en e en contacto con un o un r), y sin la n: hoy sabemos que no hay n «eufónica» (según dice Eguílaz) en palabras que no tengan ya otra nasal. Sea cual se quiera la etimología, debe explicarnos la n y la z sonora castellana, asegurada no sólo por la forma de Nebr. y por la de 1294, sino además por los pasajes de las Cortes de 1433 y 1438 (citados por Dozy y por el DHist.), y por la pronunciación actual del port. aranzel y del cat. aranzel1. A Neuvonen (247-8) corresponde el mérito de haber señalado el documento del S. XIII y llamado la atención hacia significados análogos de la raíz n-z-l, única que puede satisfacer fonéticamente; pero Neuvonen no llega a una conclusión etimológica. Ahora bien, toda la documentación que conocemos de nuestro vocablo corresponde al significado ‘tarifa de precios’ o ‘tarifa de derechos que se paga por algo’2 o a acs. análogas que fácilmente pueden derivar de éstas3; sólo el documento más antiguo se aparta de esta unanimidad, en el sentido, según parece, de ‘beneficio o alquiler que se saca de algo’4. En vista de ello me inclinaría a relacionar con la ac. ‘producto de un árbol’ que tiene el ár. nuzl en los españoles Abulualid y Abenalauam (S. XII) (Dozy, Suppl. I, 661a), muy en consonancia, por lo demás, con la ac. ‘producir frutos’ que tiene la 4.ª forma de n-z-l ‘bajar’ en el propio Abulualid; como el plural de nuzl (variante núzul) es Ȑanzâl (Dozy, Suppl. I, 662b; Belot), esta palabra en el sentido de ‘productos, beneficios’ bien pudo aplicarse a las listas de cantidades recaudadas que habían de llevar los recaudadores de alcabalas, alquileres y derechos de aduana, y tales listas son lo que parece designar en el documento de 1294; de ahí a ‘tarifa de los derechos que se pueden cobrar’ el paso era facilísimo. La ac. del tunecí Ȑinzâl ‘acción de alquilar un terreno mediante un pago anual o mensual’ hallada por Neuvonen en Beaussier puede no ser más que una aplicación particular de este sentido general.

DERIV.

Arancelario.

1 Como en estos idiomas el vocablo no está documentado antes del S. XVII, debe de ser castellanismo, pero no por eso es menos valioso su testimonio para conocer la pronunciación del castellano antiguo. Además campid. ranzélu (M. L. Wagner, RFE IX, 228).―

2 Sin excluir Quijote I, xxxv, 184, v°; y ya en 1433.―

3 Dice Neuvonen que recuerda haber hallado Ȑinzâl en textos hispanoárabes en el sentido de ‘lista’, pero no puede indicar fuentes. Es lástima este olvido, pues en un texto catalán del S. XVII aparece aranzel en el sentido de ‘lista, catálogo’ (vid. Alcover), ac. que puede derivar fácilmente de la de ‘tarifa, arancel’, por lo demás. ¿No habrá ahí una confusión de Neuvonen con este texto? También Moraes define el port. aranzel como «formulário, directórico, regimento»; no es seguro, tratándose de un poeta tan culterano como el tudelano Arbolanche (1566) que continúe una tradición antigua el empleo en un sentido como ‘modelo, patrón’, en un pasaje del poema pastoril Las Abidas (95r1) donde se dice que al dibujar a una zagala hermosa debía estar mirando al aranzel de Venus. El único testimonio hispanoárabe que conozco de Ȑinzâl está en R. Martí, donde aparece como nombre de acción de n-z-l ‘descender’.―

4 «La fóndiga de la farina con su alenzel montó 84.375 mr. Las tiendas e los fuernos con su alenzel, 26.260 mr. Las carnecerías con su alenzel, 14.420 mr. El portadgo delas bestias e el ganado con su alenzel, 10.300 mr. El alcavala delos cativos con su alenzel, 4078 mr.» Se trata de una lista de ingresos de la administración de la frontera, probablemente redactada en Sevilla, año 1294.