ANDRÓMINA, ‘embuste, enredo con que se pretende alucinar’, origen incierto, quizá deformación del nombre de Andrómeda, cuya historia se tomó como prototipo de lo fabuloso.

1.ª doc.: Aut.

Explica este diccionario: «Voz con que vulgar y baxamente se da a entender a otro que miente, o busca excusas y cuentos con que ocultar la falsedad con que obra, o con que quiere engañar: y assí se dice mui comúnmente con bravas andróminas se viene V. m.». Es también palabra gallego-portuguesa: gall. andrómena1, port. endrómina ‘ardid, acto de aprovecharse de alguien con astucia’ (Fig., Bessa), en el Brasil ‘negocio fraudulento, habilidad maliciosa, trapaza’ (Pereira da Costa), Lisboa endrominar ‘enredar con patrañas’2 (Wagner, VKR X, 18); y catalana: andròmina ‘fábula, engañifa’, ‘lío, cuestión intrincada’ en Valencia (Alcover), ‘chiste’ (M. Gadea, Tèrra del I, 396), y con acs. secundarias ‘objeto inútil, que estorba’, ‘enser, cachivache’ en Cataluña. Spitzer ha escrito repetidamente acerca de este vocablo. En 1917 (Katal. Etym. 6) proponía el gr. Ɔνƌρομίς, acus. Ɔνƌρομίƌα, ‘abrigo grueso’, por lo engorroso, pero él mismo, en BDC XIX, 257-8, hizo notar lo inverosímil de este helenismo, que no sabemos fuese jamás popular en romance, y sugirió la frase latina ante omnia ‘ante todo’, que se había hecho común en Salamanca, según Covarr., en boca de mujeres del pueblo, y hoy se conserva allí deformada en la locución de antiómina ‘desde antiguo’; empleada pedantemente por algún magíster al principio de sus discursos, haría popularmente el efecto de algo enojoso y sin sentido. Pero el hecho es que no hay noticia de un empleo de ante omnia relacionable con el sentido de andrómina3, ni vemos qué otra palabra pudo ser responsable de la alteración de ante- en andr-4. El vasco andraminak, aceptado como étimo de andrómina por Diez, 423, es un compuesto de andre ‘mujer’ y min ‘dolor’, quizá creado exprofeso por Larramendi para esta etimología, y además no significa ‘achaques de mujer’, sino ‘males venéreos’ y ‘pasión inmoderada por las mujeres’ (Azkue).

Es difícil probar el origen de expresiones populares y afectivas como ésta, sin un azar afortunado que nos depare una prueba documental, pero me parece verosímil que el mito de Andrómeda, muy popularizado en los ambientes renacentistas por las traducciones de las Metamórfosis de Ovidio, se tomara como ejemplo eminente de cuento maravilloso e increíble: se prestaba a ello la historia de la joven expuesta al monstruo marino, socorrida por Perseo, que acude en su Pegaso, y finalmente convertida por Atena en constelación5. Comp. el caso de quimera ‘idea fantástica’, ‘riña’, ‘tirria’, etc.

1 «Con andrómenas e requilorios» Castelao 233.12.―

2 En Méjico indrominado ha tomado el sentido de ‘borracho’. Ramos Duarte (Supl.) escribe con h- por relacionar con Ǫƌωρ ‘agua’. La variante endrómina es también ast. (V).―

3 En el Retablo de las Maravillas de Cervantes sorprendemos el empleo espontáneo de esta locución, sin que se note la más leve alteración de su sentido propio: «si no se nos paga primero nuestro trabajo, así verán las figuras como los cerros de Úbeda... no, señores: ante omnia se nos ha de pagar lo que fuere justo» (NBAE XVII, 30b).―

4 Spitzer ha seguido buscando, prueba de que no estaba satisfecho. Pero su última idea es más inverosímil: de endemoniar cambiado en *endomeniar, añadidura de r por influjo de DRACOdemonio’, y a- por pronunciación catalana (ZRPh. LV, 171-2).―

5 El cambio de -d- en -n- se deberá a propagación de la nasalidad, más que a confusión con el nombre masculino Andromĕnes (Cicerón, Att., 13, 25, 1). El bogotano indormia ‘maña, arbitrio’ (Cuervo, Ap.7, § 492) parece salir de *indrómida.