ANDAS, del lat. AMէTESvaras de las andas’, plural de AMESpercha’.

1.ª doc.: andes, Berceo; andas, h. 1300, Gr. Conq. de Ultr.

Conservado asimismo en el gall.-port ámedes [S. XIII: Cantigas, 218.6; Demanda do Santo Graal: RL XI, 40-41], más tarde andes ‘andarillas, andas’ MirSgo 48.6, port. andilhas, oc. ant. ant ‘instrumento de madera’ (raro), y en el derivado cat. andà ‘cercado portátil para encerrar el ganado en el campo’. El vocablo era masculino en latín y en portugués antiguo; es notable el paso castellano al femenino, que luego determinó el cambio de la terminación -es en -as. En Chile, Perú y Guatemala se emplea hoy anda en singular, de lo que no hay ejs. en la lengua literaria (Amunátegui, BRAE XIV, 287). Ast. andies (V). Del castellano: vasco anda y formas cruzadas con angarillas (Schuchardt, BuR 19).