AMÉN, adv. ‘así sea’, del hebreo amen ‘ciertamente’.

1.ª doc.: Cid.

Para ejs., vid. Cuervo, Dicc. I, 419-20. A pesar de la opinión de Cabrera, aceptada por Cuervo y la Acad., no creo que sea palabra diferente la locución prepositiva amén de ‘además de’, frecuente en Cervantes e imitada por algunos autores de los SS. XVIII y XIX1; es frecuente que las palabras que significan ‘ciertamente’ tomen otras acs., p. ej. lat. vero ‘pero’; en nuestro caso habrá que partir seguramente del empleo de amén al final de las oraciones, por manera que amén de esto hay otra cosa sería como decir ‘concluído esto...’ Así se comprende que pudiera significar tanto ‘además de’ como ‘excepto’. Nótese el otro empleo gramaticalizado de amén en las locuciones optativas mal haya amén y bien haya amén (Cuervo, b): en este caso nadie duda de la identidad. Cabrera y Cuervo creyeron que amén de ‘ademas de’ venía de a menos de, pero esta síncopa, que sería natural en italiano, en castellano sólo podía, producirse de haberse previamente perdido la -s de menos, y es el caso que no se halla la forma meno en parte alguna2. Creo que debe abandonarse esta idea, a pesar de los visos de verdad que supo prestarle la erudición de Cuervo al relacionar con el uso de (a) menos de ‘sin’ en castellano antiguo (y una vez ‘además’ en Juan de Mena). Schuchardt, BuR, 27, 28, trata del vasco amen, en el cual ve un caso de gramaticalización y propagación del latín eclesiástico amen, pasando no sólo a sustantivo en el sentido de ‘momento’ (de lo cual V. allí documentación romance), sino evolucionando hasta ‘pedazo’, ‘mendrugo’, ‘bocado’, y aun tomando matiz adverbial: b. navarro ahamen refuerzo de una negación, amenetik amenera «de temps en temps»; de donde luego amiñi, amiño, amuño ‘un momentito’ ‘un poco’. Todo esto es importante para la discusión acerca de amén de (ameneko ‘en seguida’ y ‘quizás’ más bien será derivado del autóctono emen ‘aquí’, pero contaminado por nuestro amén).

Resulta realmente extraño que Leo Spitzer (MLN LXXI, 278), apartándose de sus normas, se niegue a seguirme en mi explicación, y prefiera la etimología «construída», en la que podríamos llamar «edad ingenua» de la filología castellana (Cabrera, Cuervo), a la que explica lo castellano (y castellano popular) por el castellano, sin injerirle pedantescamente material italiano o extranjero. Es porque ―dice― la posibilidad sintáctica del cambio que supongo es «inimaginable». Quizá lo cree así por haberme entendido mal: de ninguna manera pensé que debiera partirse de la ac. hebrea ‘ciertamente’, sino de la que tiene amén para todo hombre del pueblo, a saber ‘lo que se dice al final de algo, como de las oraciones’. Puede tratarse si se quiere de una expresión elíptica: (habiendo dicho) amén de esto, hay otra cosa, o sea ‘dicho amén en cuanto a esto, acabado esto, además de esto’ (con el mismo valor de ‘además de’ se dice en catalán popular en ’cabat d’això, hi ha...). Las explicaciones que sugiere para la mutilación sí me parecen inaceptables: amén de en vez de a menos de no puede ser debido a contaminación de sin, puesto que se emplea sin y no sin de, y menos aún puede ser debido a influjo de a más de, tan diferente.

1 El ej. que cita el DHist. en primer lugar, no pertenece al P. Ángeles, sino al anotador moderno. Además del significado ordinario, aparece con la ac. ‘excepto’ sólo dos veces en Cervantes, comp. fuera de, que reúne asimismo ambas acs.―

2 Podría pensarse en un italianismo, como los que abundan en Cervantes, y entonces desaparecería la dificultad fonética. Pero no sé que a men(o) di se haya dicho jamás en italiano, como se ha dicho a men che. Por otra parte el tono popular y coloquial de los ejemplos cervantinos, puestos en boca de gente del campo, no estaría de acuerdo con un italianismo.