AMAINAR, ‘perder fuerza (el viento)’, ‘recoger (las velas de una embarcación cuando sopla demasiado viento o cuando hay calma)’, origen incierto, probablemente tomado del catalán, donde significó ‘calmar, mitigar’ y sería hermano de oc. amainà, fr. ant. amaisnier, ‘domesticar’, derivado de maison ‘casa’ (lat. MANSIO).

1.ª doc.: 1399, Gower, Confissión del Amante, 34.6; 1431-50, Díaz de Gámez.

Según Zaccaria la palabra castellana ya aparece en 1430 en un texto del Almirantazgo de Castilla, mientras que el it. ammainare no aparece hasta los primeros años del S. XVI en Vespucio, Ramusio (1510) y Sassetti. Indicio cronológico importante; sin embargo, como la información de la Crusca y la personal de Zaccaria es escasa en la Edad Media, esto no es prueba terminante de que el vocablo no existiera desde antes en italiano. La asimilación de nv en mm es característica de los dialectos de la Italia meridional (ammentare ‘inventar’, ’mmideja ‘envidia’), y en un antiguo texto calabrés se halla la frase nvaiinanu le vele ‘amainan las velas’ que parecería confirmar que el vocablo viene del napol. mmajenare (o ammainare) ‘amainar’, forma equivalente del cast. envainar, y derivada de VAGզNAvaina’. Esta es la opinión de Flechia, AGI IV, 372 (comp. d’Ovidio, ib. XIII, 367; M-L., ZRPh. XXXII, 501-2). De ser así no sabríamos si el vocablo lo tomó el castellano del italiano o si más bien lo trajeron a España los marinos catalanes, gracias a su convivencia íntima con la gente de mar de las Dos Sicilias desde fines del S. XIII; en catalán se halla amainar ya en textos del S. XV, y en uno de ellos aparece en la ac. figurada ‘mitigar (el calor)’ (vid. Alcover), acepción ajena al italiano, que indica gran antigüedad en el idioma; en realidad la ac. ‘calmar’ del cat. amainar sigue bien viva en el Reino de Valencia: J. Giner la ha oído a persona de Játiva con aplicación a un hombre enfurecido, y me cita como anotadas por él mismo en la zona de la capital las frases ja amaina, hablando de la lluvia ‘llueve menos’; ‘apaciguar’: veges si l’amaines un poc, està molt furiós; venia molt calent però al trobar-se amb Quiqueta es va amainar; ‘amansarse’: el bou [‘toro de lidia’] quan arriba a la mort ja amaina molt; ‘disminuir’: quan el tren passa pel pas a nivell el maquinista amaina la marxa; también en Seidia «les furies agarenes amainen son alé», p. 56. También port. amainar ‘abatir’: «seja Deus louvado que ja amainou entre nós esta fraqueza» Ain. Arrais (vid. Fig.) además de las acs. náuticas; y gall. íd. ‘amansar a uno, hacerle bajar los humos’1, amainarse ‘calmarse’2, ac. que también aparece con carácter intransitivo3. Únese a esta circunstancia, y a la mayor antigüedad en España, el significado de ‘calmar’, que aplicado al viento tiene el ej. español más antiguo4.

Luego creo que debemos volver a la etimología de A. Thomas (Rom. XXXVI, 416): oc. amainà ‘domesticar, calmar’, hermano del fr. ant. amaisnier (de *amaisoner, derivado de maison ‘casa’5), aunque más bien habrá que partir del catalán, lengua de marinos, donde *amaisnar > amainar (con procedente de la vocalización de la s, como en almoina ‘limosna’, raima ‘resma’) es paralelo a mainada MANSIONATA. Esto es más natural que la procedencia de Nápoles, que nunca fué un centro náutico muy importante y no ha proporcionado otros vocablos de este tipo a la nomenclatura romance. Cuervo (Dicc. I, 400-1) encuentra primero amainar como transitivo, con la palabra velas como complemento directo, luego absolutamente amainar como sinónimo de amainar las velas [1.a parte del Quijote] y sólo documenta el intransitivo amainar aplicado al viento a fines del S. XIX, aunque parece que el ejemplo arriba citado de Gower contiene ya esta acepción, que en italiano se halla ya en la 2.a mitad del S. XVII (compárese por lo demás, con G. Colón, ZRPh. LXXVIII, 69-70, según el cual el ejemplo de Gower tiene el sentido de ‘recoger las velas’). Documentación temprana que falta en los diccionarios: amayna, amayne, en G. de Segovia (a. 1475, p. 64), amañar en el diario de Colón (a. 1492: BDHA IV, 358); en un romance lleno de aragonesismos impreso h. 1510, maynar aparece con la curiosa ac. de ‘desaparecer, perderse’ o quizá más bien ‘amansar’6. Del mismo origen son el port. amainar y el fr. amener (antiguamente amainer)7. Que el vocablo venga del fr. amener ‘traer’, como dicen los dicc. italianos y franceses, no puede admitirse por razones cronológicas y porque no explica el diptongo ai de los demás romances.

DERIV.

El adj. postverbal gall. maino (o mainiño) ‘tranquilo, manso, suave’ (Vall., Carré, etc.): «Foi ela: Era unha onda / do río, mansa e leda /.../ o río, maino, maino [heptasílabo] / iba bicando as follas da ribeira / furtando en cada bico un amoroso / agarimo da terra» en el poema Ela del santiagués González Varela [† 1906], v. 21; «por antre os piñeiros amóstrase a vía maina; a lúa está pendurada da ponla d’un pino» Castelao 24.20 y 156.1.

1 DAcG.; «por amainá-la conciencia» Castelao 201.19.―

2 «Como non se comen as pedras quedan seguras as Catedrales, e como as carraxes amáinanse c’o medo queda seguro o pelexo» Castelao 221.2-

3 «Nunca tua sorte terca / c’a dicha amainará» Rosalía, «teño dolores de parto : / non me queren amainar» romance popular, DAcG.―

4 «Quando el tal viento corre... se faze tan malo para amaynar que todo lo quiebra, así el mástel como el entena».―

5 Se pronuncia en el mismo sentido el Sr. Charles V. Aubrun, Misc. Coelho, 279-80.―

6 «Mil veces la he requerido que conmigo quiera casar, /...no me lo quiso otorgar, / sino con una condición que en arras le hubiese de dar: / que trajese tres cabezas... / la una de Oliveros, la otra de don Roldán, / la otra de Urgel de las Marchas... / ―Calledes, moro esforzado... / que no hay cabeza de ésas que la vuestra no haga maynar.» Como variante: «que la vuestra no haya de costar». RFE VII, 41.―

7 Omitido (con razón) por Vidos en su libro sobre la terminología náutica francesa de procedencia italiana. No conozco directamente otros testimonios franceses que los de ameiner les voiles que Littré cita de Aubigné, S. XV. M-L. cita una forma medieval amaine.