Ya al publicarse
Aut. era voz anticuada, y nunca se emplearía mucho en España, pues sólo figura como vocablo vivo en un proverbio citado por el leonés Correas
1. Para López Tamarid era el «harriero de mulas o recuero». La palabra ha sido siempre muy viva en portugués y allá debemos acudir para su significado exacto.
Almocreve es ‘el que tiene por oficio conducir bestias de carga’, ‘recuero’, ‘cargador’ (Fig.), y
CortesƟo cita en documentos medievales las formas
almoquéver y
almoquéveres, con el derivado
almoquevaría2. Para la etimología, como el almocrebe es un ‘recuero’, según definen independientemente Tamarid, Viterbo y Figuereido, me parece prudente buscar un derivado arábigo de la misma raíz que ha dado
recua, port.
récova, el hispanoár.
rakûb ‘caballería’, ‘caravana’, ár.
rákb íd. Como
rákkab, 2.
a forma del verbo correspondiente, es ‘hacer cabalgar a otro’ (Dozy,
Suppl. I. 551
b; Freytag, II, 184
a), y es vocablo vulgar empleado en las Mil y una Noches y en el
Riyad an-Nofús de Cairuán, es sumamente probable que su participio
murákkib, vulgarmente
murékkib, corriera en España en el sentido de ‘alquilador de caballerías’ y después ‘arriero’ en general. Ni la metátesis
*almoréqueves >
almoquéveres, ni la posterior en
almocreves (ya en Gil Vicente, farsa de este título) presentan dificultad (comp. port. ant.
almogáraves,
almograves por
almogávares)
. La etimología que hasta ahora unánimemente se ha aceptado (Engelmann en Dozy,
Gloss., 169; Eguílaz, 231; Nascentes), ár.
mukârī ‘alquilador’, participio activo de la 4.
a forma de
kárà ‘alquilar’, es imposible fonéticamente, puesto que no explica la consonante labial, y no satisface desde el punto de vista semántico, pues igual podía aplicarse al propietario de una casa o a un ropavejero.