ALMARADA, ‘puñal pequeño y agudo’, ‘aguja grande para coser alpargatas’, del hispanoárabe maráǷa ‘punzón’ (ár. ȟraz, de la raíz ȟ-r-z ‘perforar’).

1.ª doc.: Montoro, † 14801.

Dozy, Gloss., 156. PAlc. registra «maráda: punçón», y creo con Dozy que esto no es más que una alteración dialectal del ár. clásico ȟraz, que hoy en Egipto y ya en Abenalauam tiene la variante miȟrâz (Dozy, Suppl. I, 361b). Es sabido que el hispanoárabe reemplazaba mi- por ma- en los nombres de instrumento y trasladaba el acento a la sílaba final en las palabras de estructura análoga, a la de ésta. En cuanto a la -d- en lugar de la -z-, creo que debe interpretarse como -Ƿ-, sonido que PAlc. no distingue de la -d- en su transcripción y que en romance se convierte en -d- (Steiger, 170-2); el cambio de -z- en -Ƿ- se deberá a influjo del ȟ precedente, pues las enfáticas eran consonantes velarizadas o guturalizadas, acompañadas de una constricción glotal (Steiger, Contr., 48n. 1, 64n. 6): se trata por lo tanto de una especie de dilación de la velaridad. Almarà ‘aguja grande para coser alpargatas’ se emplea en el catalán de Elche (BDC XVII, 53), tomado seguramente del murciano. En la provincia de Granada se dice almaraz, según Eguílaz, donde se ha conservado una forma más próxima a la del árabe normal2.

1 Para ejs., vid. DHist. Además, Quevedo, Cosas más corrientes de Madrid (ed. Cl. C., p. 127).―

2 Lo mismo comunicó Simonet a Dozy, pero éste entendiendo mal la letra del arabista granadino leyó erróneamente *almavar. Hay que borrar este artículo del glosario de Dozy, según nota éste en sus anotaciones marginales inéditas, después de recibir rectificación de Simonet.