ALICATES, del ár. magr. laqqâƫ ‘tenazas’ (raíz l-q-ƫ ‘coger’).

1.ª doc.: Aut.

Dozy, Suppl. II, 544b. No está explicada la i castellana; quizá se trate de una variante hispanoárabe de este vocablo, sólo documentado en los modernos dialectos africanos, desde Egipto (Bocthor) hasta Marruecos (Lerchundi). Steiger, Contr., 382, cita una forma bereber llqāȓ. También port. alicate; el cat. alicates f. pl. (dial. aliquetes) parece estar tomado del castellano, en vista de que el testimonio más antiguo es alicats (1708).

DERIV.

Alicatado [Aut.], ‘obra hecha de azulejos’: no se ve relación semántica clara con alicates, pero tampoco son aceptables las etimologías que proponen Dozy (qā⺆ât ‘patios’, porque allí se emplea el alicatado), Eguílaz (Ȑaqƫâ ‘alfombras’ o qaƫā⺆ât ‘partes, piezas, cortaduras’) ni la Academia (lukâȶ «lapides splendentes in gypso», que la Acad. interpreta ‘espejuelo, yeso cristalizado en láminas,’ palabra sólo documentada en el Qamûs).