ALHARMA, ‘ruda silvestre’, del ár. Ʌármal íd.
Otras variantes:
gamarza en Hernansánchez (Ávila:
RFE XXIII, 235),
magarza en el Tostado (1506:
Aut.)
. Además, según Colmeiro, I, 580-1:
alhárgama, en Monardes (1536),
gamarza en Clusio (1576)
1,
alfarma en Suárez de Ribera (1733; arag. según Acad. 1770), and.
alhármega en Hellín y
alhámega en Albox según Rojas Clemente (1807).
Alhármaga en la traducción del árabe que Millás identifica con la Agricultura de Abenuáfid, que será del S. XIV (¿o XIII?),
Al-And. VIII, 332. Parece que fué
alermã en gall. ant. pues en una cantiga de escarnio de Alfonso el Sabio el ms. trae esta forma (que no debe enmendarse, como se hacía, en
alacrán) en rima con
can (
cƟ) en el sentido de algo que huele muy mal (como la ruda) (R. Lapa
CEsc. 7, 12, cf. pp. 631, 663, donde acepta la interpretación verosímil de S. Pellegrini,
St.
Mediolatini, 1960, 165). Pero lo conocido hoy en gallego es
magarza que Sarm. (
CatVG., 133
r,
A181
r) describía como muy parecida a la manzanilla, con botón amarillo y hojas blancas.
Alharma,
alfarma y las formas esdrújulas provienen del nombre de unidad árabe
Ʌármala, con disimilación
*alhármala >
alhármaga. De un
*alharmagaza, reducido a
*harmagaza (con sufijo despectivo explicable por el mal olor de la planta, comp.
gamarza jerionda, es decir,
hedionda, en Hernansánchez), salen con varias metátesis
amargaza,
magarza y
gamarza2. Galeno y Dioscórides ya citan
şρμαλα como nombre sirio de esta planta; luego parece tratarse de una vieja voz semítica común al arameo y al árabe; el bereber
lɅarmel ‘ruda’ (Laoust) será de origen árabe, contra lo que supone Simonet (
Gloss., p. LXXV n. 3). En España el vocablo es de procedencia árabe y no griega, como se ve por el carácter aspirado de la
h (arag.
alfarma)
. De origen griego culto pueden ser el port.
harmala y el cat.
harmala o
harmalà.