ALCAYATA, ‘escarpia, clavo grande de gancho’, seguramente voz mozárabe equivalente del cast. cayada ‘cayado, bastón de pastor con gancho en la punta’, y éste derivado del lat. tardío CAJA ‘bastón’.

1.ª doc.: 1585, López Tamarid.

Las etimologías arábigas que se han propuesto son imposibles. Dozy, Gloss., 91, parte de qaȳd o qiyâd ‘traba, atadura de los pies’, por no conocer más que la ac. náutica, secundaria, ‘nudo para sujetar un objeto, que se levanta con un gancho’; pero claro está que alcayata no puede venir de este qiyâd fonética ni semánticamente. Por las mismas razones que doy aquí hay que desechar el ár. qayyâda ‘la que sujeta fuertemente’, de la misma raíz, propuesto por Asín, Al-And. IX, 17. Alix había propuesto ȟáȳƫa ‘clavo de madera’, que está aún más alejado (Eguílaz, 137). El origen romance se hace claro si tenemos en cuenta, además del cast. cayada, cat. gaiata, callada, ‘báculo, cayado’, car. occid. cajada ‘gancho largo para menear la leña en el horno’ (Áger: RLiR V, 228), el gascón del Gers cayat ‘gancho para arrancar paja del almiar’ (Cénac), bearn. cajat íd., Lavedán cayado ‘gancho para sacar pan del horno’, bearn. cay ‘gancho’ (Palay), de los cuales puede deducirse que la CAJA de San Isidoro na sería un bastón cualquiera, sino ya precisamente el cayado de los pastores del Pirineo, con un gancho en la punta para coger los animales por el pie; nada de extraño que este vocablo haya dejado un descendiente autóctono en mozárabe, el habla de Andalucía, donde vivía San Isidoro. Hoy alcayata es muy vivo justamente en esta región, y lo he oído muchas veces a gente de Almería1. En Murcia pronuncian algayata (G. Soriano). Nótese que alcayata según Aut. era ‘clavo de gancho en forma de semicírculo, a propósito para levantar del suelo lo que de él se colgare’.

1 También lo es mucho en América, cuyas relaciones léxicas con el Sur de España son conocidas. Así en Santo Domingo y en Méjico, donde es ‘escarpia, clavo acodado’ (BDHA IV, 193; V, 57), y en Chile (Román), donde designa una especie de bisagra.