ALCABOR, ‘hueco de la campana del horno o de la chimenea’, del hispanoárabe qabû (ár. qábw) ‘bóveda’.
1.ª doc.: Alcahores, Zaragoza, 1627, Fco. Marcos Marín, Al-And. XXXIV (1969), 445-7. Alcabor, Aut.
Este diccionario, s. v. alambor, lo da como voz murciana; para pormenores semánticos, vid. G. Soriano y F. Marcos, l. c. Para la voz árabe, Dozy, Gloss., 77; Suppl. II, 306a; Eguílaz, 123. Para la r agregada en castellano, Wagner, RFE XXI, 241. Alcabó (pl. -ons) y su derivado alcabonada son palabras muy vivas en el catalán de Fraga para designar cierta construcción que se hace para proteger un desagüe en el campo, y luego para este desagüe mismo, como he podido notar en una visita que hice hace más de 20 años. Por otra parte, en ciertas zonas valencianas alcavó (el val. alcavor está doc. ya en 1461) ya no es un desagüe sino un nacimiento de agua. En l’Olleria (entre Játiva y Albaida) hay tres pequeñas partidas del término que son alkavọns (l’Alcavó de la Freira, etc.); me explicó el informante: «el alcavó nace, no es agua de lluvia». Pero en Valencia tiene sentido análogo al más conocido: en Alberic definen «la parte del antiguo horno de pan cocer donde había más calor»; lo cual sugiere que el influjo del vocablo calor o su sinónimo catalán escalfor pudo ser causante de la -r no etimológica de alcabor. Aunque precisamente la variante que en Alberic se conserva hasta hoy es la etimológica alcabó; además hay allí, junto al Júcar, un paraje llamado Els Alcabons.