ALBAÑIL, del ár. bannâȐ ‘constructor’, ‘albañil’, de la raíz bánā ‘edificar’.
1.ª doc.: albañí, 12681; albañil, h. 1400, Glos. de Toledo.
Además
albañé en la
Crón.
Gral. (Neuvonen, 218). El tratamiento fonético con la
â alterada por la imela granadina, fenómeno muy tardío (se cree posterior a 1300), es algo sorprendente; quizá tengamos ahí un tratamiento especial de la posición final de palabra, o ayudado por la
ñ palatal precedente. Parecen confirmar esto último por una parte la forma port. ant.
alvanel (hoy
alveneu en Alandroal, NE. del Alentejo:
RL II, 30)
2, donde la
nn no se palatalizó, y por la otra el caso paralelo de
campiña. De todos modos
albañil es arabismo tardío, con excepción de su aparición esporádica en el andaluz del S. XIII. Es difícil decir cuál sería la expresión romance sustituida por el advenedizo
albañil; en vista del port.
pedreiro, rosell.
peirer, oc. ant.
peirier ‘albañil’, es posible que fuese
pedrero; de hecho la palabra latina
latomus, que el glosario de Toledo traduce por
albañil, en el del Escorial aparece glosada por
pedrero, y aunque
latomus era más bien ‘cantero’, es también la palabra que Nebr. emplea para traducir al latín su
albañí. Según este lexicógrafo, por lo demás,
albañí significaba además ‘arquitecto’ (=
albañí principal). De la variante
albañir vid. ejs. de los SS. XVI-XVII en
DHist. y además
G.
de Alfarache (ed.
Cl.
C. I, 187.16); doc. de la Puebla de Montalbán a. 1584 (
RFE XII, 390); Tirso,
Burlador, II, 205; Lope,
Pedro Carbonero, v. 329; y en la
Crón.
Gral., ed. Ocampo (más datos sobre el vocablo en Cuervo,
Obr.
Inéd., 241).
DERIV.
Albañilería [1672, Orden. de Granada], antes albañería (1527-1600), derivado de albañí3.
1 Se trata de las Cortes de Jerez de esta fecha (I, 77). Quizá entonces se empleaba solamente en Andalucía, pues se trata de una disposición referente sólo a esta región; a continuación, hablando de «la Estremadura» el texto emplea la expresión «maestros de labrar cal e piedra e carpinteros de fazer casas». El plural albanies aparece nuevamente en la Gr. Conq. de Ultr., 215. Posteriormente no vuelve a haber dato alguno de albañil o sus variantes hasta 1400 y algunos textos del S. XV.― ↩
2 Nada que ver tendrá con esto la forma albañel usada en el Ecuador (Lemos, Rev. del Colegio Rocafuerte V, 46). Parece tratarse de una pronunciación influida por el quichua, lengua que no distingue fonológicamente i de e.― ↩
3 También G. de Alfarache (ed. Cl. C., I, 186.21). ↩