ALBARAZO, ‘especie de lepra que hace salir muchas manchas blancas a la piel’, del hispanoárabe baráɊ ‘lepra blanca’ (ár. báraɊ).

1.ª doc.: albarraz 12511; albaraz en la Gral. Estoria; alvarazo Nebr.; albarrazo, 1629.

También port. ant. alvaraz (ya en las Cantigas de S. María y en el Canc. Colocci-B., vid. C. Michaëlis, RL XIII, 243-4; vid. también R. Lapa CEsc. 131.3, 10; 401.6), cat. ant. albaràs [1460: Spill, v. 12086]. Neuvonen, 180-1.

DERIV.

Albarazado ‘enfermo de albarazo’ [1726], ‘manchado de blanco’ (dos veces en Cervantes, una de ellas albarrazado)2.

1 También APal., 531d, «mancha blanca en el cuerpo del hombre».―

2 Aut. traía albarazada aplicado a la uva cuyo hollejo tenía manchas como jaspeadas, voz andaluza. Posteriormente la Acad. (1884, etc.) definía «dícese de lo que declina de su color natural hacia lo blanco». En la edición actual esta definición aparece sustituida desafortunadamente, para ponerla de acuerdo con la falsa etimología de Eguílaz, por una definición complicada: «de color mezclado de negro o cetrino y rojo, abigarrado». Eguílaz pretendió que albar(r)azado venía de wáras ‘teñir de cúrcuma (wars o warz), planta que produce un color entre amarillo y rojo’. Pero ninguno de los dos pasajes de Cervantes da pie a esta interpretación. En uno se habla de barbas negras, blancas y albarrazadas, es decir, que ya no son negras de todo, entrecanas; en el otro, de ratones albarazados, creo refiriéndose a los manchados de blanco sobre fondo gris. La filiación semántica entre las uvas o ratones albarazados ‘manchados de blanco’ y el alvarazo, que Nebr. definía «mancha blanca, alphos», es evidente. Luego es ocioso empeñarse en buscar a albarazado una etimología diferente, como hace Steiger (VRom. X, 19) siguiendo las huellas de Eguílaz. Por lo demás el étimo de Steiger, ár. Ȑábraš (fem. baršāȐ) «bariolé, bigarré», no es menos inaceptable fonéticamente.