ALADIERNA, del lat. ALATĔRNUS íd.

1.ª doc.: 1780-88 (Palau); ladierna (h. 1575, Relaciones, p. 48: «la tierra y el lugar no es falto de leña, porque se quema en él encina y xara y ladierna y retama y romero», Nougué, BHisp. LXVII); alibierno (comp. cat. lavern), med. S. XVIII (Sarmiento); aladierno y alitierno, princ. S. XIX (Rojas Clemente, vid. Colmeiro, II 9).

Lanterno en Aragón (Acad.). También se emplea como nombre de la Phillyrea Media y de la Phillyrea Angustifolia, arbustos oleáceos que recuerdan la aladierna, y en este sentido existen las variantes labiérnago, gobiérnago, aviéznago, layérnago, particularmente en Granada, Córdoba y Huelva, recogidas por Gómez Ortega (1763) y botánicos posteriores, vid. Colmeiro IV, 36-37. Las formas con -b- acaso se deban a un cruce con LABURNUMborne’, aunque este arbusto pertenece a otra familia: es una leguminosa afín a la retama y parecida al codeso. También en catalán hay algo de esto pues alavern es la forma mallorquina (DAlcM.) en lugar de aladern o lladern del Continente. Port. aderna (< aad-), gall. aderno (en el país de Quiroga, entre Lugo y Sanabria), Sarmiento, 1754, CaG. 37). Sin embargo, el lat. ALATERNUS es voz de origen preindoeuropeo, probablemente etrusco, como admiten Niedermann (Idg. F. XXXVII 152) y el propio Ernout (por más que Meillet se abstenga), y así no es posible que la variante con -B- proceda ya de lo prerromano. Hay un toscano íllatro, nombre de este arbusto, que Rohlfs da como de origen también etrusco y debe de ser otra variante fonética de lo mismo1.

1 Supongo será ya la idea de Rohlfs (Roman. Philologie, vol. II) que a su vez se funda en los estudios de Bertoldi (St. Etr. X 1936, 295-320) y Alessio (XX 109-149) sobre las voces de substrato en la flora toscana. No sé si el nombre de Itrabo (p. j. Motril, SE. de Granada) podría salir de otra variante ILBATRO- (IRB-) que combinara las características de las dos variantes citadas; idea audaz pues sólo tenemos base, dada la forma de este nombre, para suponer que sea prerromano.