AJAR, del antiguo ahajar ‘ajar, romper’, voz emparentada con el gasc. halhà, langued. falhà, ‘agrietar’, de origen incierto, quizá del lat. vg. *FALLIAdefecto’, ‘grieta’, derivado de FALLĔRE ‘faltar’.

1.ª doc.: 1475 afajar (sin definición en G. de Segovia, p. 49), 1492 ahajar (Nebr.).

Este lexicógrafo define «illidere», tomándolo, según indica el ejemplo que cita de Virgilio, en el sentido de ‘desmenuzar, triturar’; a princ. S. XVII Oudin y Victor le dan el significado moderno y además el de ‘romper, quebrantar’ («dérompre», «fracassare»). Desde el comienzo del siglo anterior aparece ahajar en el sentido de ‘arrugar y deslucir manoseando (seda, p. ej.)’ (Canc. de Castillo), y poco después aparece ya con el mismo sentido ajar en las Cartas de Guevara (1539-42). En vista de estos hechos M. P., RFE VII, II, consideró derivado del antiguo faja ‘antorcha, tea’ (Berceo; Alex.), arag. y cat. falla, lat. FACŬLA íd., admitiendo que de aquí se pasaría a ‘astilla o raja de madera propia para encender’, de donde un verbo faculare ‘rajar madera’ y luego ‘quebrantar’. Es una evolución semántica posible, pero larga, y que haría falta apoyar en pruebas menos endebles que las halladas. El verbo faculare ‘hacer antorchas’ sólo figura en Juan de Janua (lexicógrafo genovés de fines del S. XIII) y su definición es vaga, sin indicación de que se trate de ‘cortar leña’; el port. falha, aunque puede llegar a significar ‘fragmento, astilla’ (Fig., no Moraes), es propiamente ‘defecto, falta, omisión’, ‘grieta’, y por lo tanto no va con FACULA, sino con FALLĔRE1.

Jud, RLiR I, 191, sugirió brevemente que ajar podia venir del lat. FALCŬLA ‘hoz’, ‘podadera’, que aparece disimilado en FACULA en Columela y Catón; de ahí vendría también, por comparación de forma, el bearn. halhe ‘cresta del gallo’, que otros identifican con halhe ‘antorcha’ por el color rojo. Wartburg objeta que FALCULA no ha dado otros descendientes en la Península Ibérica.

En 1931 (Vocab. Aran., p. 54) señalé el parentesco de ajar con el bearn. y aran. halhà-s ‘agrietarse (los labios, las manos)’, Cauterets halhe, halhade, halhère, ‘grieta, rendija en una roca’, Lavedan haillasse ‘grieta, resquebrajadura’, a los cuales deben agregarse el langued. falhà ‘rajar, hender’, falho ‘hendidura’ (Sauvages, Mistral), cat. (Ribagorza, Barravés, Pallars) fall ‘rendija’, ‘corte’, fallada ‘hendida’ (Congr. de la Ll. Cat., 229; BDC VI, 24, 25; XXIII, 290)2. Ahora bien, en el FEW III, 391b, se derivan las citadas formas occitanas, junto con otras análogas (valón faye ‘hendidura’, etc.), del lat. vg. *FALLIAdefecto’, de donde vienen el fr. ant. faille, oc. ant. y port. falha, it. ant. faglia, alban. faye ‘defecto’ ― comp. genov. falla ‘hendidura’ (= cast. falla ‘defecto’ del lat. vg. FALLA)―, y se pregunta el autor si el cast. ahajar podría tener el mismo origen. Así se habría pasado de ‘defecto’ a ‘hendidura’, de donde falhar ‘hender’ y de aquí ‘quebrantar’, ‘ajar’. Esta etimología me parece segura para las formas galorrománicas, catalanas y portuguesas, y bastante verosímil para el cast. ajar.

Desde luego puede rechazarse la etimología de Brüch (ZRPh. XXXVI, 577): gót. *AFALJANencolerizar’ (> ‘injuriar’), derivado de aljan ‘celo, afán’, que toma como básica una acepción de ajar muy secundaria, la de ‘humillar (la vanidad, etc.)’.

1 Spitzer, Neuphil. Mitteil. XXII, 45, adhiriéndose a la etimología de M. P. la apoya citando oc. ant. falhar ‘rama rajada para hacer arcos de cuba’ y cast. de Vizcaya aja ‘rama gruesa de roble rajada’. El primero según Wartburg va con el langued. falhà ‘agrietar, rajar’ y su familia (s. v. *FALLIA). El segundo quizá venga de ajar, pero recuerda mucho el port. acha, cat. ascla ‘astilla’ ASSULA. ¿No será éste, con una evolución paralela a la de raja? En conjunto la etimología de M. P. no es imposible, pero harían falta pruebas más sólidas.―

2 En el Sur del territorio parece que hubo una evolución semántica comparable a la del cast. ajar: Priorato fallar ‘perjudicar los cereales (la niebla)’, (Butll. del Club Pirin. de Terrassa, II, 156); en Valencia se pregona el cacauet diciendo que no es fallat, cremat ni cru (M. Gadea, Térra del , I, 221). Sin embargo, en estos casos también podría pensarse en un cambio de construcción del intransitivo cast. fallar.