Dozy,
Gloss., 47;
Suppl. I, 479; Neuvonen 261. Una forma femenina
dīwâna se usa en el árabe de Marruecos. No está bien estudiada la historia de las migraciones interromances de nuestro vocablo. Oc. ant.
doana ya aparece en el S. XIII (
ZRPh. XLVII, 426-7), fr.
douane en 1372, cat.
duana en 1303 (Giese,
Anthologie der Geistigen Kultur, 214) y el it.
dogana es también antiguo.
Duana y más tarde
do(
v)
ana ya en docs. italianos de los SS. XII-XIII, desde 1154, Pellegrini,
Rendiconti dell’Accad. dei Lincei 1956, 155. No está muy fundada la opinión de Neuvonen de que la voz española no puede venir directamente del árabe; la aglutinación del artículo
a-, que sólo notamos en castellano y portugués, indicaría más bien lo contrario, y en todo caso no puede invocarse en favor del préstamo indirecto el tratamiento anómalo de la
i arábiga, pues no es menos anómalo en los romances extranjeros. La reducción de
diuana a
duana encuentra paralelos en valenciano:
dumenge <
diumenge ‘domingo’,
Donís ‘Dionisio’. Luego se podría sospechar que el cat. sirviera de intermediario para los demás romances. Pero sería excesivo asegurar que esta misma tendencia fonética sea del todo ajena a las lenguas hermanas
1. No es aceptable la etimología de Fokker (
ZRPh. XXXIV, 261): ár.
dokkân ‘tienda’, ‘escaparate’.