ACONTECER, del antiguo contir, cuntir, íd., y éste del lat. vg. *CONTէGĔRE, lat. CONTINGĔRE ‘tocar’, ‘suceder’.
1.ª doc.: Alfonso X1; contecer ya una vez en el Cid (donde es frecuente cuntir, muy vivo en todo el S. XIII)2.
El lat. vg. *contigere es forma analógica del pret. contĭgit, tiempo muy empleado a causa del significado del verbo3. La distinción sinonímica, no siempre observada4, entre acontecer y acaecer, consiste en que éste se refiere especialmente a hechos casuales, y aquél a sucesos graves, o acontecimientos5. De aquí que el part. acontecido se aplicara al aspecto triste de una persona, es decir, al de la que le ha acontecido algo: así en Calderón («vuelves a casa... descolorido, colérico, furioso, acontecido, airado»); de donde el compuesto cariacontecido.
DERIV.
Acontecimiento [Alfonso X]. Contingente ‘que puede o no suceder’ [1615: Villaviciosa; Lz. de Arenas, p. 88], tomado del lat. contingens, -tis, participio activo de contingĕre; en el sentido de ‘cuota’ ‘lo que toca a cada uno’ Aut. lo da como galicismo reciente; más reciente aún es la aplicación especial de esta ac., ‘tropas, fuerzas’ (BRAE III, 94; X, 214 ss.); contingencia [Aldana 1578 (C. C. Smith); Nieremberg, † 1656]; contingible.
CPT.
Cariacontecido [Quevedo].
1 El DHist. cita algunos ejemplos medievales, pero lo normal en la Edad Media es contecer, cuyo uso llega hasta la Celestina (vid. Cuervo).― ↩
2 También gall. ant. contir (369.13) o conter (206.5, 274.5, 303.5, etc.) en las Ctgs. Y todavía acuntir en el lenguaje pastoril de Juan del Encina.― ↩
3 Cornu, Rom. X, 77, vacila entre esta explicación y una disimilación (que en tal posición no sería posible). Claro que no puede compararse con el port. vg. impigir, por impingir, pues aquí no se trata de la eliminación de una consonante, sino de la eliminación de la nasalidad de una vocal: ĩpĩȤír > ĩpiȤír.― ↩
4 En el G. de Alfarache se halla como mero sinónimo de acertar, en la expresión redundante «cuando acontecen a suceder tales casos» (ed. Cl. C. III, 209. 16).― ↩
5 Cuervo, Dicc. I, 136-138, es de otra opinión. Por una vez tomó el gran filólogo un peligroso camino en que se han perdido muchos: fijarse en la etimología para deducir el matiz diferencial de los sinónimos; camino más peligroso todavía en este caso particular puesto que no se trata de la etimología del vocablo en castellano, sino en latín (con-tingere de tangere ‘tocar’; luego: ‘afectar a alguien’). Los ejs. de Fr. Luis de Granada y de J. Ruiz que en su opinión confirman la idea, son meras variantes de estilo, en que el sentido se hace algo elástico para evitar una repetición. Claro está que cuando se dice «lo que entonces sucedió podría pasar otra vez» primero se emplea el verbo más usual acontecer y después se recurre a acaecer para huir de la monotonía; es frase frecuente, que tiende a estereotiparse, y así puede ocurrir que se emplee acaecer en la proposición hipotética aun el caso de que ésta sea la primera. Pero que acaecer se ha empleado aún más que acontecer con referencia a sucesos que afectan a una persona, lo prueban los mismos materiales recogidos por Cuervo. Véanse en su artículo acaecer las docenas de ejemplos medievales de la frases si algo acaeciese de él ‘si viniese a morir’ y acaecerse en un lugar ‘encontrarse allí casualmente’; esta última, que es muy antigua, sí es típica para el matiz distintivo de acaecer, y más lo es aún el contraste entre los sustantivos relacionados con los dos verbos: acaso frente a acontecimiento. ↩