ACERA, del antiguo facera, que primero significó ‘fachada’, luego ‘cada una de las filas de casas que hay a los dos lados de una calle o a los cuatro lados de una plaza’ y finalmente ‘la orilla de la calle junto a estas filas de casas’; derivado de FAZ ‘cara’.
1.ª doc.: facera, S. XIII, Fuero de Ledesma (ed. Castro, § 235); 1.ª ac., h. 1300, Gr. Conq. de Ultr.; acera, 2.ª ac., 1560-75, DHist., 2; 3.ª ac., 1612.
Al rechazar el étimo FACIÈS, suponiendo que la F- no sea etimológica, Piel, Misc. de Etim. Port. e Gal., 12, parece fundarse en el port. aceiro «faixa de terreno arroteada, dentro ou em volta das herdades, para evitar a comunicaçƟo do fogo, ou facilitar o trânsito dos carros», aceirar ‘cortar el mato con este objeto’ (Fig. y Moraes, éste con un testimonio cuya fecha ignoro, mas parece reciente). Dudo que esto sea la misma palabra que acera, y aun podría ser que no haya relación alguna; si la hay, tampoco puede asegurarse que no sea préstamo del castellano; y que esto derive de aço o aceiro ‘acero’ es idea poco atrayente: ¿por qué de acero y no de hierro?; por lo demás no sé que aceiro sea nombre de un instrumento cortante, pues no bastaría que lo sea de metal. La idea de GdDD 2628 de que acera en ciertas acs. venga de FACIÈS y en otras (‘hilera de casas’) salga de ACIES es muy poco probable.
Aunque es palabra muy usual lo mismo en Barcelona que en Valencia y otras varias ciudades, acera es castellanismo bien conocido en catalán (por vorera; la pronunciación vacila entre asséra, assèra y sèra). En castellano antiguo no hay testimonios seguros de la cualidad sonora o sorda de la interdental (aunque supongo sería sonora); J. Giner me llama la atención hacia la grafía la Ƿera que figura en las notas que tomó en 1935 del habla catalana de Bellmunt de Mesquí (Teruel), pero esto querrá decir una θ (sonido muy difundido en estas hablas fronterizas) y no una s sonora, pues en las mismas notas leo zigüenya para el nombre del ave, donde no cabría una sonora.
1 Que ya Sarm. CaG. 197r equipara al cast. «hacera es ladera de una calle».― ↩
2 Fig.; RL V, 88. El REW quiere erróneamente derivarlos del cast. haza ‘faja de tierra laborable’ FASCIA, pero está claro que en León y Portugal tendríamos entonces *faxeira.― ↩
3 El ár. sîra no presentaría dificultad fonética. Es derivado del verbo sâr ‘caminar’, y según los diccionarios del árabe clásico, además de ‘marcha’, puede significar ‘camino’. Sin embargo, lo único que está documentado en hispanoárabe es la ac. ‘acto’ (R. Martí). A juzgar por Dozy, Suppl., es palabra poco frecuente en los dialectos vulgares: sólo el diccionario árabe-francés de Hélot, publicado en Argel, trae sîra ‘paseo’. Amado Alonso, RFH VI, 409, sugiere que éste puede ser el origen de acera, en vista de que ‘acera’ se dice vereda en la Argentina: piensa lo mismo H. L. A. van Wijk, Neophilologus XXXV (1951) 163-164. Pero es muy incierta la intervención del árabe en un vocablo de aparición tan tardía. Haría falta ver, por lo demás, si las condiciones de la Argentina colonial, con sus calles llenas de barro, sin otro paso transitable que una estrecha «vereda» a lo largo de las casas, tenían un paralelo en los viejos pueblos de España, empedrados de guijarros.― ↩
4 Hallo hazera en la ac. moderna en Vélez de Guevara, La Serrana de la Vera, v. 575. Pero es texto de poca autoridad, ya que la h no impide en él la sinalefa. En RABM, 1874, 60, el erudito que firma A. M. G. B., reconoce que en Andalucía pronuncian jasera, a pesar de la etimología hebrea que él propone, por cierto inaceptable. Por otra parte también corre en Andalucía y en otras partes la forma con aféresis cera, ya registrada por Aut. (vid. DHist., s. v. cera), y empleada por Torres Villarroel (Nougué, BHisp. LXVI). Que tenía h- aspirada está fuera de dudas, por los muchos testimonios claros y concordes alegados en favor, y la falta de valor de los que se proponen en contra. Además, hazera aparece con mucha frecuencia en el Asiento y Repartimiento de Ronda (recién publicado por Carriazo), recopilado en esta ciudad andaluza en 1491 y fiel reflejo de la fraseología local. La grafía con h- y la -z- es constante y concluyente, dada la procedencia, e interesa ver que entonces tenía el sentido de ‘mano o lado de una calle’, o sea el etimológico (el mismo significado y grafía en el Repartimiento de Cártama, ed. de F. Bejarano, pp. 141, 145, 159, 160). Ello confirma definitivamente la derivación de haz FACIÈS. ↩