ACELGA, del ár. sílqa íd., y éste del gr. σικελóς ‘siciliano’, epíteto que en griego se aplicaba a una clase de acelga.
1.ª doc.: 1272-79, Lapidario1.
También gall.-port.
celga, sic.
żarca,
sarca. Dozy,
Gloss., s. v.; Neuvonen, 191. En Ansó (Huesca) se emplea la forma
acelca. Por razones fonéticas parecería mejor partir de la forma arábiga
sálka que aparece en R. Martí, pero quizá
sílqa y
sálka no son más que notaciones diversas de una sola pronunciación hispano-arabe
sélka, donde la
í del árabe clásico se cambiaría en
é por la acción a distancia del
q. Rohlfs
(ZKPh. XLVI, 151) cree que la voz árabe sale del gr.
σεύτλιον ‘acelga’, pero Teofrasto documenta la aplicación de
σικελóς a la acelga, y en Plinio XIX, 8 se halla
beta sicula2.
1 Algo antes se halla ya en el texto latino del seudo-Aristóteles, del S. XIII o fines del XII y basado en fuentes españolas (Thomas, BHisp. 1909, 27).― ↩
2 El sic. y calabr. secrá, sécria, séchila ‘acelga’ sí vienen de dicha voz griega, pues el antiguo σεǢτλον, σεύτλιον se pronuncia hoy σεǢκλον, σέκλο (Rohlfs, ASNSL CLXIII, 313). ↩