ABISMO, probablemente del lat. vg. *ABYSSէMUS, derivado del lat. abyssus íd. y éste del gr. ıβυσσος ‘sin fondo’, ‘abismo’, derivado de βυσσóς ‘fondo’.
1.ª doc.: 1219 (avismo)1
Spitzer, MLN LXXI, 278, pone objeciones semánticas y estilísticas a la explicación de la terminación por influjo de los superlativos. Objeciones que hacen impresión. El cambio se debería a una contaminación de chasma ‘sima, abismo subterráneo’, tan vivo en el latín eclesiástico y al que San Agustín mira como sinónimo de chaos. Idea que también impresiona favorablemente, tanto más cuanto que chasma se ha conservado en el topónimo cat. Carme (cerca de Igualada), pueblo junto al cual hay una sima y cuyo nombre se escribió Cazma en la Edad Media. Quedo sin embargo en duda, teniendo en cuenta que la contaminación sólo sería natural en francés, donde -A pasa a -e, y así deberíamos admitir que en los demás romances sea galicismo: observa Spitzer que abisme es a veces femenino en francés antiguo, lo cual apoya su idea. Pero el caso es que en castellano abismo es muy antiguo y general. Deberíamos entonces pensar en un galicismo eclesiástico traído por los cluniacenses al castellano y portugués y ajeno por lo tanto al italiano, como de hecho lo es, y aun podría notarse que en catalán medieval está menos extendido que en castellano: lo que predomina allí es abís; y abisme, aparte de un pasaje de Jacme March donde parece debido a la búsqueda de una rima, sólo aparecería (según Ag. y Alc.) en el Llegendari del S. XV. Habrá que reflexionarlo con más detención. Abisso no fué del todo ajeno al castellano (cf. avissos, Berceo S. D. 24), aunque casi no salimos del catalán con los dos textos de 1268 y 1264 citados en BHisp. LVIII, 355, pues ambos son de Murcia, zona reconquistada entonces por los catalanes.
DERIV.
Abismar [1629: Cuervo, Dicc. I, 43-44]. Abismal. Abisal, derivado culto del lat. abyssus.
1 Se trata de un texto judeoespañol escrito en Aguilar de Campoo. Después aparece en la Biblia med. rom. (Gén., 1.2), otro texto judío. También en francés y en catalán el vocablo aparece primeramente en textos judíos, debido a las influencias bíblicas, especialmente activas en estos textos. Blondheim, Rom. XLIX, 16. En español normal sólo aparece la grafía abismo, con tratamiento culto de la -b- [Gr. Conq. de Ultr.; Nebr., a5voI] ↩