ABETO, del lat. ABIES, ABIĔTIS íd.

1.ª doc.: Laguna († 1560).

Abiĕtem se redujo en latín vulgar a abte, de donde esperaríamos como resultado español *aved, arag. a. avet, Vidal Mayor 4.24.2, que es regular según la fonética de este dialecto. El vocablo parece ser de introducción tardía en Castilla, pues los lexicógrafos no saben al principio cómo traducir el lat. abies: Nebrija (Lex. Lat. Hisp.) dice «cierto árbol de especie de pino», y en el Glosario del Escorial leemos la equivalencia errónea "faya". Ello se explica porque el abeto en España es casi exclusivamente propio de los Pirineos (Colmeiro, IV, 708). Luego el cast. abeto es adaptación del arag. abet(e) o del cat. avet. Por lo demás existen las variantes abete (1535-S. XVII), bete (1388-1599), beto (SS. XVI-XVII), beta (1629).

DERIV.

Abietino, abietíneo, tomados de los lat. abietinus, abietineus.

CPT.

Pinabete [1601], del cat. pinavet, compuesto de pi ‘pino’ y avet.