ABANTO ‘cierta ave de presa, de naturaleza tímida y perezosa’, ‘hombre torpe’, ‘toro cobarde’, origen desconocido.
Vco. vizc.
abendu ‘milano’ ‘gavilán pardo’ (Azkue), sulet.
abanta ‘señuelo o figura de gavilán de madera que el cazador arroja a las palomas para que éstas abatan el vuelo y entren en las redes’ [de donde probablemente ‘cazadero de palomas’ y ‘ojeador’ citas de Tovar
DEVco., procedentes en parte o en todo de Lhande]. La descripción de Azkue enseña el camino de la etimología: «ave de rapiña que se cierne inmóvil y en equilibrio sobre la presa». Se trata pues del cernícalo o de lo que los alemanes llaman
wannen-weihe y los franceses
vanneau, cuyos nombres derivan respectivamente de
CERNզCULUM ‘criba, cedazo’ y de
VANNUS ‘criba, bieldo’, por el movimiento del cernícalo en balanceo equilibrado (V. más paralelos semánticos aquí, en
CERNÍCALO). Aquí tenemos la forma prefijada del cast.
abanar ‘aventar, cribar’ y de
abano, abanico ‘ventador’ (V. supra), pero se trataría de un
*AD-VANNITARE, cf. lomb.
vantá, saboy.
vandá, VANNITARE, REW 9142. Sin embargo la conservación de la -
T- como sorda en esta posición no es normal en castellano ni portugués, de suerte que el vocablo debe de proceder, bien del mozárabe, bien de las hablas pirenaico-vascónicas
1.
Port. abanto (Fig., no en Moraes). Avanco y abanco en el Libro del Cavallero de D. Juan Manuel es errata por avanto, como sugiere el editor Gräfenberg, y lo asegura el contexto (RF VII, 501, 503).