A, prep., del lat. ADa’, ‘hacia’, ‘para’.

1.ª doc.: orígenes del idioma.

Vid. Cuervo, Dicc. I, 1-29. El uso de la variante ad ante palabra de inicial vocálica, que en el S. XII y comienzos del XIII se halla aun en zonas castellanas (Norte, Este, Toledo), va quedando pronto limitado a textos aragoneses1, y J. de Valdés, Diál. de la L., 69.I, lo desaprueba como dialectal de Aragón; este uso sólo ocurre ante pronombres (ad aquel, ad algún, ad él, ad allá), si bien antiguamente también puede hallarse ante nombres propios (ad Eva, ad Ajas, ada Alá, en Berceo, Yúçuf y el manuscrito aragonés del Alex).

1 Frecuente en el Poema de Yúçuf, 20b, 55b, vid. § 33 del estudio de M. P. En Timoneda (DHist.), es resabio de su valenciano, en el cual también dice ad aquell, ad aquex (BRAE V, 509). El empleo preferente ante los demostrativos con a- inicial fué causa de que naciera otra variante ada, que hallamos en el Yúçuf, Ia, etc., en documento aragonés de 1171 (adarrazón, M. P., Oríg., 213), y que quizá explique el nombre del pueblo de Adahuesca, llamado Auosca en 1279 (ibíd., 132, comp. 305n.), y situado no lejos de Barbastro en uno de los caminos que llevan de esta ciudad a Huesca; comp. cat. ana en lugar de a o an (an aquell pero ana mi, ana tu, ana qui, junto a a mi, etc.).