AÑASCAR, ‘urdir, maquinar (algo)’, ‘enredar, resolver’, origen incierto, quizá del ár. našq que cabe dudar entre un verbo, derivado en romance, del ár. an-našq ‘el quedar cogido en una trampa’, y una palabra de origen céltico (cf. irl. ant. nascim, bret. naska ‘yo ato, prometo’).

1.ª doc.: mitad del S. XIII.

Añascar sale por primera vez en los Bocados de Oro: «Vio Ypocras que la arte de fisica era cerca de perderse porque... non fincaron sino los de Cau... e cató los dichos, e falló que annascaran opiniones mintrosas en la fisica, e hovo miedo que yria cresciendo el dapno, e que se perderia el arte... e tovo por bien de la poner en libros con cerradas palabras» (ed. Knust, p. 126). Es frecuente en APal.: «perdax... el que añasca engaños para echar a perder a otros» (354d), «astructor... es el que algo urde y añasca (36b), «dizense nebulones... ombres fugitivos que para se fuyr añascan a aprovecharse de furtos» (298b), «motare es espessamente mover y añascar, bolver y corromper» (289b), «nisus... que añasca algo o mucho se esfuerça fazer» (303b). Finalmente, además de las dos autoridades del Quijote («el diablo que todo lo añasca»: I, xx; II, xlv), el vocablo sale con ligeras variantes en los pasajes de Lope de Rueda citados por el DHist.: «El que arriedo vaya ordena unas cosas que no puedo entender dónde diabros las añazga o las arguye», «Cata quel diabro te añasga, mochacho». Cej. VI, § 24. En ninguna parte aparece la ac. que la Acad. da en primer lugar1 ni el sustantivo añasco ‘enredo, embrollo’ (ya Acad. 1884). Dicho sustantivo o uno análogo debió, sin embargo, existir si es cierta la etimología arriba indicada, propuesta en términos parecidos por la Acad. y después por Eguílaz; pues sólo con un sustantivo, provisto de artículo (an-našq), se explica la ñ. La mayor dificultad estriba en que la raíz arábiga n-š-q es rara y no está documentada en vulgar2. Según Freytag IV, 283a, fundado en el Qamûs y el ?auharí, šiq es ‘quedar cogido, un animal, en una trampa’, hay nombre de acción našq, y el adjetivo šiq es ‘enredado en un asunto’3. La 4.ª forma Ȑánšaq es ‘hacer caer (a un animal) en una trampa’, y es lo que mejor convendría semánticamente, pero desde el punto de vista formal es difícil que esto pudiera convertirse en *anascar, luego cambiado en añascar (según el modelo de añadir, añublar, añudar). Quizá pudiera pensarse también en էNESCAREponer cebo’ ‘atraer con cebo’ con evolución como la de էNADDĔRE > añadir; es verdad que aquí habría que suponer además una dilación vocálica *añescar > añascar; la acepción más antigua sería la de «el diablo te añasga» en L. de Rueda. Si la acepción de Acad. ‘juntar cosas de poco valor’ fuese auténtica, podría partir de la idea de ‘reunir pececillos o insectos para cebo’; la propuesta puede apoyarse con la mala documentación arábiga del vocablo. Y también causa escrúpulo lo hipotético de los sustantivos cast. añasco y ár. nasq. Franciosini (único dato en Gili) define «confondere, imbrogliare, mescolare, intrigare». No parece que vaya bien aquí (tampoco, por lo demás, en añusgar) el añiesgose que Ayala (reproducido por Gili) cita de Quevedo; tampoco es comprensible el pasaje del mismo autor para añusgarse: parecen vocablos mal conocidos del autor, que éste empleaba, quizá de intento, sin sentido claro.

Por tanto, quizá valdría más partir del céltico: irl. ant. nascim ‘yo ato’, nasc ‘anillo’, cf. av. naska- ‘libro o colección de textos’ (Reichelt, Aw. Elb., p. 470), irl. a. imnascim ‘ata, enlaza’ fo-narim ‘yo ato, obligo’, nascim ‘prometo’, bret. naska = irl. nascim: Pok. IEW 759; agregar todavía, junto al tipo germ. N?D-SKO-l>(a. al. ant. nuska ‘broche de manto’, etc.), el scr. niɊká-h ‘collar’ RV II 33.10. Se ha relacionado todo esto con el irl. ant. naidm ‘nexus’ y lat. nōdus, a base de nodh-sko-, y las formas latinas nexus, nectere serían analógicas (Ernout-M., Walde y cf. Bartholomae, Airan. Wb. 1060). Otra posibilidad es partir de un AD-NASCARE o un EN-NASCARE formado ya en céltico, o debido al románico AD-NODARE > añudar. El berciano anascar (nota 1) confirmaría la idea, pese a su acepción secundaria, pues aquí -NN- da -n-.

1 «Juntar o recoger poco a poco cosas menudas y de poco valor», ya en Acad. 1780; pero Aut. ponía el pasaje de los Bocados de Oro en la ac. ‘enredar, embrollar’ con mejor acuerdo que el DHist. Nótese anascar ‘repugnar, ser opuesta una cosa a otra’ en el Bierzo (G. Rey).―

2 Si es lo mismo que el clásico n-š-q ‘oler’, ‘aspirar por la nariz’, éste se encuentra también en el diccionario argelino de Beaussier y sus derivados našûq e Ȑistánšaq en los egipcios de Probst y Bocthor.―

3 Eguílaz cita inexactamente un šqa ‘lazo en que se coge a un animal’, pero lo único que se halla es šqa; comp. ANDOSCO. Nada tiene que ver con añascar el argentino añasco ‘zorrino’, que parece ser derivado del antiguo añas ‘zorra del Perú’, de origen quichua.