SINDÉRESIS, tomado del gr. συντƲρƓσις, derivado de συντƓρεƗν ‘observar, estar atento a alguna cosa’, y éste de τƓρεƗν ‘velar, guardar’.

1.ª doc.: med. S. XVII, M. de Ágreda, Aut.

Falta en APal., Nebr., Percivale, Oudin, Covarr. Aut. define «la virtud y capacidad natural del alma para la noticia e inteligencia de los principios morales que dictan vivir justa y arregladamente»; la Madre Ágreda habla de una «virtud que se llama natural, porque nace en nosotros con la misma naturaleza racional, y tiene por nombre syndéresis». En catalán ya encontramos el vocablo a fines del S. XV, en el Cartoixà de Roís de Corella: «jutge hi decernexca les tues obres; aparta les cendres dels mals àbits que tenen cuberta la sindèresis, que vol dir la cintilla de aquella lum de intel·ligència»; y sinderitzar ‘considerar, meditar’ en texto de 1474 (Ag.). En catalán moderno el vocablo, muy popularizado, ha tomado la forma senderi ‘buen juicio’, ‘discernimiento’. Sin duda fue término corriente en la jerga de la filosofía moral latinomedieval; y aunque falte en Du C. lo habían empleado S. Jerónimo y S. Basilio, de quien pasó a Sto. Tomás de A., vid. Spitzer, MLN LXXIV, 128. En gr. clásico συντƲρƓσις está solo documentado en el sentido de ‘conservación’, pero el verbo συντƓρεƗν, del cual deriva, vale no sólo ‘conservar, preservar’ y ‘guardar un secreto’, sino también ‘observar’, ‘estar atento o al acecho de algo’; el sentido evolucionó en forma semejante al de discreción; sabido es que ντ se pronuncia como nd en griego medieval y moderno.