PAJE, del fr. ant. page ‘criado, aprendiz, grumete’ y ‘paje’, de origen incierto.

1.ª doc.: h. 1400, glos. del Escorial y de Palacio («assecla» = ‘lacayo’); APal. «onaofros... paje que trae las armas de su amo», 325b.

También en Nebr.: «page: exoletus, minister; p. para mandados: amanuensis». Woodbr. señala page en 1504 supongo en el sentido de ‘grumete’. Aut. da bastantes ejs. de 1499 en adelante, y el detalle de su definición, en las varias acs., corresponde al concepto moderno de la palabra. Lo mismo podemos decir del port. pagem (ej. de page ya en el S. XV, en Nascentes), y del cat. patge: éste se documenta en abundancia en el S. XV, y ya en Amic e Melis (N. Cl., 135, 136.3) que es de h. 1400 o de fines del S. XIV1. En lengua de Oc lo vemos desde fines del S. XIV (registros de St.-Flour). El it. paggio es bastante antiguo, ya está en Matteo Villani (med. S. XIV: Du C). Finalmente el fr. page es frecuente desde princ. S. XIII (G. de Coincy, a. 1223; ejs. en Du C., s. n. pagius, y en God. X, 254b), y poco después se halla también el ingl. page, tomado indudablemente del francés.

En cuanto se refiere al castellano y el portugués, su aspecto fonético no permite dudar de que son galicismos. Acerca del italiano es más difícil decidir, lo único que puede asegurarse por razones fonéticas es que o bien en italiano es galicismo, o que en francés ha de ser italianismo; en principio la fecha temprana del vocablo inglés, la marcada preponderancia de las citas francesas en el bajo latín de Du C., y aun el propio significado del vocablo, son más bien indicios de una patria francesa, aunque nada se puede asegurar, dada la insuficiente investigación del antiguo vocabulario italiano.

Se han hecho pocas averiguaciones sobre el origen de nuestro vocablo, y el único fruto que han dado hasta ahora ha sido el descrédito de las varias etimologías propuestas. Las varias sugestiones antiguas para relacionarlo con el gr. παƗς, παιƌóς, ‘niño, muchacho’, no podían tomarse en serio en el aspecto fonético, hasta que Diez (Wb., 232) sugirió como base el diminutivo παιƌίον, que en su opinión habría pasado a Italia en época bizantina; en efecto esta etimología sólo sería posible fonéticamente si el fr. page se hubiera tomado del italiano, y M-L. (REW, 6150) objeta que el vocablo es más antiguo en Francia que en Italia; a la verdad no podemos estar seguros de este punto, aunque sea probable, pero creo que hay dificultades peores, pues el traslado de acento no se habría producido en la época bizantina (comp. lo que ocurrió con el sufijo -Ʃα, aun en el Bajo Imperio) y de haberse adoptado antes sería muy extraño que αι no pasara a AE, y que no encontremos huellas del vocablo en la literatura latina. Luego es preciso abandonar la idea, por muy tentadora que parezca en su aspecto semántico2.

La de Holthausen (Anglia, Beiblatt XIV, 336), greco-lat. PATHէCUS ‘sodomita pasivo’, frecuente, como es sabido, en la latinidad clásica e imperial, satisfaría desde el punto de vista fonético, puesto que el vocablo es seguramente de origen francés; en cuanto al sentido, sería concebible el paso por ‘muchachuelo favorito, protegido inconfesable’ hasta ‘sirviente de noble’, y si M-L., al rechazar la idea como «inverosímil desde el punto de vista histórico», quiere decir que es incompatible con las costumbres severas que pueden considerarse propias de la alta Edad Media (ya que no parece tuviera pathicus en la Antigüedad otro sentido que el citado) quizá sería posible apelar de este juicio ante el de otros más competentes; peor es el que no podamos señalar testimonios de PATHICUS en fuentes medievales, y, sin embargo, cabría argüir que Du C. y demás lexicógrafos en cuestión eran demasiado púdicos para consignarlo (como de hecho falta en muchos diccionarios clásicos). De las varias etimologías propuestas, ésta es por ahora la menos imposible, pero padecerá de un defecto capital mientras no logremos apoyarla con citas del período intermedio entre Juvenal y Gauthier de Coincy, que nos permitan comprobar su evolución semántica.

Ahora bien, Spitzer, en su artículo de la Zeitschr. f. roman. Ph. XLII, 340-2, subraya con razón la connotación villana de la palabra paje en muchos de sus testimonios más antiguos o arcaizantes: hasta el tiempo de Carlos VII se habría aplicado (según Fauchet, S. XVI) «à de viles personnes, comme à garçons de pied», después quedó como nombre del aprendiz de ladrillero; en Inglaterra designó el pinche de cocina y el rabadán o sirviente de pastor; en Bayona el grumete de barco (citas medievales en Levy), y este sentido tiene paje de escoba en castellano según Aut. y el port. pagem (Moraes); según Nascentes pagem fué ‘mozo de recados’ en el Brasil Imperial, y Ménage afirma que en Languedoc y Gascuña page significa ‘labriego’ (dato por lo demás inconfirmado y aun sospechoso viniendo de un etimólogo de este tiempo). Todo esto nos lleva lejos del ambiente de cortesanía corrompida que requeriría la etimología PATHICUS; la cual, en conclusión,; debemos considerar poco verosímil, aunque no imposible. Es verdad que estas indicaciones semánticas tampoco constituyen indicio razonable de una etimología concreta: la semántica, especialmente en cuanto se refiere a lo peyorativo y meliorativo, es una calle de dos direcciones, que igual lleva de aquí para allá que de allí para acá; recuérdese que en el caso del afín LACAYO partió Spitzer de un alto rango social para llegar a la idea más vil, e igualmente pudo el paje descender de categoría, o bien ascender en su evolución histórica: en Gauthier de Coincy, el ej. más antiguo, tenemos ya el paje cortesano. Desde luego la etimología *PAGէCUS ‘campesino’, por la que se inclina Spitzer, debemos clasificarla entre las imposibles, mas por razones fonéticas: dada la caída tempranísima de G ante I, nunca pudo -ICUS en semejante combinación pasar a -ge (como tras dental), indudablemente el resultado habría sido *paie (o quizá *pai). En cuanto al origen onomatopéyico, también tanteado por Spitzer, en relación con un verbo *pager ‘chapalear’ (del cual no logra señalar sino huellas raras y tardías), no es más aceptable, pues en un derivado así no sería concebible una derivación sin sufijo: el tipo morfológico de page es arcaico, y ha de ser voz del fondo antiguo del idioma, sea cual sea su procedencia.

DERIV.

Pajecillo. Pajil. Pajuncio. Pajuno.

1 Es de notar que así este texto como el siguiente en fecha, de h. 1420, que cita Ag., traen la grafía page, que es común a todos los textos occitanos citados por Levy: esto parece indicar procedencia francesa.―

2 Prati, Vocab. Etim. It., apoya la etimología griega con las formas sicilianas baggiu, baju, «garzone», que en ningún caso podrían mirarse como un apoyo decisivo, aunque ya se documenten a princ. S. XVI. Mientras no se pruebe mejor la extensión y antigüedad de tales formas en b-, las apariencias son de alguna contaminación local. La etimología *PARVICUS, que ahí cita Prati de Nicholson, no había que tomarla en serio, pues además de ser formación poco verosímil, es imposible en el aspecto fonético: no sólo porque la R no desaparece en esta posición, sino porque en francés -ICUS sólo da -j- tras T o tras D apoyada (DOMINICUM > doménie > domaine; MONICUS > moine; MEDICUS > mír(i)e; etc.).