MORIR, del lat. vg. M֊RզRE, lat. M֊RI, íd.
1.ª doc.: orígenes del idioma (Glosas Silenses 210, Cid, etc.).
Por un caso de supletivismo antiguo y general en romance, se emplea muerto como participio del verbo matar. Así ya en Berceo, Duelo 17d. En la lengua clásica parece ser uso general, y no sólo en los tiempos compuestos con el verbo haber (de lo que hay muchos ejs. en el Quijote, Ruiz de Alarcón ―V. los dicc. respectivos―, Tirso, Burlador III, 398, etc.), y en el sentido propio, sino también en las acs. figuradas (‘apagar’, ‘causar grave daño’, etc.), en la voz pasiva (Góngora, ed. Foulché II, 366) y como mero participio de funciones adjetivas («un hombre muerto por la justicia»). Sigue empleándose en los SS. XVIII y XIX, V. ej. en Moratín (dicc.), y Aut. distingue entre «matado del verbo matar en la ac. de matar o matarse las bestias» y «muerto, part. del verbo matar en las demás acs.». Realmente, de matado no encuentro otro ej. clásico que uno de Góngora (I, 41), donde vale ‘herido o golpeado violentamente’, pero hoy matado ‘lat. interfectus’ se ha introducido más o menos generalmente en la lengua popular de todas partes. Los demás romances se comportan en forma algo diferente: en catalán, mort es todavía general como participio de matar, y matat suena como barbarismo (a no ser en s’ha matat ‘se ha suicidado’, general como en castellano); el portugués se comporta como el castellano actual, a juzgar por Moraes (que da ej. de morto ‘matado’ ya en Juan de Barros, med. S. XVI). Fuera de la Península también se ha empleado, pero en todas partes está en retroceso. En lengua de Oc abunda este sentido de mort en los SS. XII y XIII, V. muchos ejs. en Levy (pertenecientes, no sé si casualmente, a textos languedocianos)1, pero hoy no tengo noticias concretas de su empleo en parte alguna (por lo menos falta en Mistral, Palay y mis materiales araneses); en francés, se halla en la Cant. de Ste. Eulalie, muchas veces en el Roland, en bastantes textos de los SS. XII-XIII y aun en Froissart (God.), pero luego desaparece; en italiano es frecuente en Dante, Boccaccio, Petrarca y aun Ariosto (Tommaseo § 34), hallándose incluso s’è morto por ‘se ha matado’, y en la actualidad todavía se emplea algo, pero Petrocchi advierte «morire per ammazzare, termine letterario non comune, ma qualcuno l’usa: è stato a càccia tutto il giorno, e non à morto che un tordo».
Según el atlas de Bottiglioni (1306, 1300), los tipos ho ammazzato y ho tomb(at)o predominan hoy en el Occidente toscano y en Córcega; ho morto sólo sobrevive en rincones típicamente arcaizantes: Sásari, Gallura, Elba y, junto a ammazzato, en una localidad toscana al NO. de Lucca. Pero además tu ha morto tu madre se lee en textos populares de las montañas de Pistoia (Rohlfs, It. Gr. II, 560, en cuya pág. 439 se encontrará más documentación relativa al italiano clásico y antiguo). Por desgracia, no hay mapas correspondientes en el ALF ni el AIS. Fuera del participio, no parece que morir se haya empleado como transitivo en ningún romance (contra los ejs. que creyó encontrar Diez, Gramm. III, § 116, vid. ZRPh. IX, 427-8).
Para la locución a humo muerto, V. el folleto de A. Bonilla San Martín, Nuevos datos acerca de Mn. Diego Valera (1412-1486?), con un apéndice sobre el modismo ~, Santander, 1920.
DERIV.
Moribundo [h. 1690, Cornejo; no Covarr., Oudin, etc.], tomado del lat. moribŭndus íd.2 Entremorir (Nebr.). Muerto [orígenes del idioma: Glosas de Silos, etc.], de M֊RTŬUS íd.3 Mortaja [Berceo], del lat. MORTUALIA ‘vestidos de luto’, derivado común a los tres romances ibéricos, y en otras acs. al sardo y galorromance; mortajar [APal. 50d; Nebr.] o amortajar [S. XVI, B. de las Casas], amortajador, amortajamiento. Mortuorio ant., m., ‘entierro’ [h. 1490, Celestina I, Cl. C. I, 68.64; «funus, exequiae, pompa», Nebr.; doc. vascongado de 1502, BRAE XVII, 218; ejs. del S. XVI en Aut., y otro en b. lat. hispánico en Du C.], más tarde adj. [Aut.], tomado probablemente del genitivo lat. mortuorum ‘de los muertos’, con influjo del sufijo culto -orius; mortuorum se halla en el sentido de ‘derechos que se pagan por el entierro’ en doc. leonés de 12095; de ahí vendrá también el término jurídico mortuoro, -tuorio, -t(u)ero, que aparece con gran frecuencia en la documentación (a. 1210, M. P., D. L., 4.47, 48, 57; 1282, Staaff, 65.12; 1286, Staaff, 67.19, etc.), según creo en el sentido de ‘manos muertas, propiedades pertenecientes a los monasterios, etc.’6; además alav. mortuorio ‘lugar donde hubo una población que ha desaparecido por completo’, port. duriense mortórios ‘viñedos muertos’ (VKR X, 122). Amortar ‘amortiguar’, ‘apaciguar’, ‘apagar’ [1494, Vicente Burgos], ‘apagar’ en Venasque (Ferraz), como en el Pallars, Aran y oc. ant.; derivado de muerto que a menudo tiene el sentido de ‘apagado’ («dejando la luz muerta», G. de Alfarache II, 173.11; «¿a una vela encendida no llega una muerta?», Lope, Marqués de las Navas, v. 1029). Amortiguar [S. XIII: Alex., Fueros]7; amortiguación, amortiguadero, amortiguador, amortiguamiento. Amortecerse ‘desmayarse’ [Cid; Nebr.; S. XVI; amortecido se emplea todavía en este sentido], antiguamente amortirse, amortecer tr. (raro, Canc. de Constantina, en DHist.); amortecimiento. Amortizar ‘pasar los bienes a manos muertas’ [Aut.: Jovellanos], ‘redimir un capital’, ‘suprimir empleos’ [código de 1885, DHist.]; amortizable; amortización; amortizante. Del cat. somort ‘(trueno, dolor) sordo y lejano’ está tomado el alto arag. somordo íd. que cita Cej. VIII, p. 586; la forma somọrdo la he oído también en el catalán de Ribagorza, en Pelagrinyó («aquells trons tan somordos»), cuya ọ muestra a las claras el influjo de sordo, cat. sọrd (pero sọrdo en el catalán ribagorzano).
Muerte [orígenes del idioma, Glosas Silenses, etc.], de M֊RS, -TIS, íd. Mortal [h. 1200, Reyes Magos], del lat. MORTALIS íd.; mortalidad; duplicado popular mortaldad ‘mortandad, peste’ [h. 1210, Cron. Villarense, BRAE VI, 203; Alex., 937; Roncesvalles, RFE IV; fuero arag. de 1350, RFE XXII, 138; hoy todavía mejicano, BDHA IV, 300], de donde la variante mortandad [Fn. Gonz., 499d; Calila, 31.449], debida en parte a una alteración fonética y sobre todo al influjo de los muchos abstractos en -andad (como ya indicó Leite de V., Philol. Port., 297), comp. viceversa gall. ant. livialdade (Cantigas, 239), port. ant. livhaldade, livel- (h. 1400, Padres de Mérida, RL XXVII, 48, 78)8; mortalera ‘peste, mortandad’ (fuero arag. de 1350, RFE XXII,138); inmortal [Mena (C. C. Smith, BHisp. LXI); Nebr.], inmortalidad [Mena (C. C. Smith); Nebr.], inmortalizar. Mortecino [-izino, Glosas Silenses, 308; -ezino, J. Ruiz; APal. 176b; Nebr.], del lat. MORTէCզNUSl> íd.; cat. ant. carn morteïna ‘carne de animal muerto por accidente’ (Costumbres de Tortosa, p. 406), maestr. carn mortina ‘la de animales muertos y abandonados’ (G. Girona, s. v. carn y Seidia, p. 53).
CPT.
Mortífero [h. 1440, A. Torre (C. C. Smith, BHisp. LXI); fin S. XV, Juan de Padilla, cita de Lida, Mena, 449]; mortificar, mortificación [ambos S. XVI, Aut.].
1 Aunque MORTUS = interfectus sea sobre todo ibero-románico y languedociano, podemos descartar la idea de que sea calco del vasco il, que significa lo mismo ‘matar’ que ‘muerto’ y ‘morir’, dada la existencia de la misma duplicidad semántica en fr. arcaico, en it. antiguo y clásico y en las hablas actuales de Cerdeña y Toscana.― ↩ 2 Hay variante vulgar murimundo, p. ej. en Draghi, Canc. Pop. Cuyano, p. 582.― ↩ 3 Para acs. especiales cubanas, Ca., 102; argentinas, A. Alonso, Probl. de la L. en América, 83.― ↩ 4 Éste parece ser el punto de partida del sufijo vulgar de velorio, casorio, etc.― ↩ 5 «Qualquer clérigo que morire en Castel Rodrigo non dé mortuorum por si nin por ome de sua casa que esté con él a seu ben fazer», en las costumbres de esta población (PMH, Leges, I, 677).― ↩ 6 En el doc. de 1210 se trata de una investigación sobre las propiedades de un convento; en el de 1286: «dolle por provison la quarta parte dessa Eglesia... con la meatad de todo el dezmó menudo de ganados... de leche, de gananças, de mortuorio e de todas las otras cosas que...».― ↩ 7 De ahí el cub. martiguar ‘pasar un alimento por el rescoldo’, ‘machucar o macerar la carne para que se reblandezca’, Ca., 92.― ↩ 8 No hay por qué partir de un *MORTANUS, como quiere Bertoni (ARom. IV, 96-97), fijándose en un mortondatz de un texto del Velay, S. XIII, que se explicará de la misma manera que en castellano. ↩