BRÉTEMA, gall., ‘niebla’, probablemente del gótico *BRÊTHMS ‘vapor’.
1.ª doc.: h. 1850 (RL VII).
Confirma la existencia de brétema el autor anónimo del glosario gallego publicado en la RL VII y escrito h. 1850, quien al definir el orvallo dice que es menos espeso que la brétema. Eugenio Carré Aldao fué autor de un libro de prosa y verso gallegos titulado Brétemas y publicado en 1896. De brétema hay ejs. de Añón, Somoza y canción popular en el DAcG. y es la forma que Castelao prefiere (226.23) y que además cita en otro poeta (273.4). Pero Pondal escribía repetidamente brétoma («as grandas largacías / as brétomas escuras s’alongaran» citas en DAcG.) y ésta es la forma que ya recogió Sarmiento (CatVg. 62v, 63r). Los poetas gallegos han sugerido hermosamente los efectos de las brétemas sobre el paisaje y sobre el alma, tal y como se ve en la copla popular: «Aló, entre a espesa brétema / vejo vir un bergantín / ¿Traerá o meu queridiño / pra unirse por sempre a min?», o en los versos de Pondal: «Os arrebatados ventos / do mes bretumoso e frio / de Janeiro...». Brétema tiene el sentido secundario de «lluvia fuerte» en Triacastela, brétima «agua con viento» en Lemos, ambos pueblos al SE. de Lugo (Supl. al Dicc. de Eladio Rodríguez). Nótese que la é es prueba de que el origen del vocablo es gótico y no suevo, que era dialecto alto-alemán y tendría á. No sé si hubo alguna variante antigua de este germanismo que explique la palabra gallega más rara parruma ‘niebla’ (Carré), con la cual pueden relacionarse por una parte el port. perruma ‘clase de pan ordinario o duro (que se da a los perros)’ (deriv. de perro por lo visto), y por otra parte el gall. perrumeira ‘depósito de ceniza en la lareira’ (Carré) ‘chimenea de horno’ (id. y Lugrís, Gram., 172). De todos modos todo esto es más secundario, con cruces y contaminaciones entre algunas de estas palabras y seguramente también con fumeiro ‘chimenea’ y con parreira ‘parra’ y la familia de este vocablo.
Ahora bien, al a. alem. ant. brâdam ‘vapor’, ‘calor (sofocante)’, ‘soplo’, alem. brodem, m., correspondería en gótico *BRÊTHMS: en efecto, la variante sin sufijo ags. brƢth ‘vapor, soplo’, ingl. breath ‘aliento’, muetra que estamos ante una primitiva ୱ germánica, y el sufijo es el mismo que aparece en baum ‘árbol’ ( = gót. bagms) y en el importante grupo de voces germánicas que Kluge reúne en sus artículos busen, brosam, darm, boden, etc.: sufijo protogermánico -maz reducido a -ms en gótico. El paso al género femenino en romance se explica por el modelo del sinónimo BRȢMA. La reproducción de la TH como sorda se explicaría por la posición ante el grupo final -MS, comp. las listas de ejs. en Gamillscheg, R. G. II, p. 41. Desde luego no puede venir del lat. MARէTէMA (GdDD 4167), pues es inadmisible tanto en lo fonético como en lo semántico.